Stay Close To Me. (Drarry/Harco)

I

Tomó con fuerza su nueva escoba (que le había proporcionado la MACUSA) sintiendo como la magia de esta se conectaba con la suya. No recordaba cuando había tomado una, aunque fuera una de las viejas barredoras de Hogwarts, para algo que no fuera escapar de una muerte segura.

La guerra había acabado pues luego de un tortuoso año buscando, encontrando y destruyendo Horcruxes (y de haber descubierto que él mismo era uno), el "lord" finalmente había muerto.

El mundo mágico se había sumido en tantas celebraciones que había olvidado cuántas invitaciones había recibido. El ministerio de magia se había reformado pues habían despedido y enjuiciado a aquellos que habían sido simpatizantes de Voldemort. Harry había estado un tanto disgustado al saber que Umbridge había recibido una (a su consideración) nada justa sentencia en Azkaban. Y muy dentro de él odiaba que Kingsley hubiera desterrado a los dementores.

Terminadas las celebraciones, se le había comunicado que podía retomar su séptimo año en Hogwarts junto con Hermione y Ron. Claro que la chica había decidido hacerlo.

Él lo había declinado, no sabía por qué, pero tenía miedo de que algo pasara en Hogwarts. La idea de un año "tranquilo" le provocaba ansiedad. En su lugar y por sus grandes hazañas el ministerio le había proporcionado a él y a Ron un lugar en el departamento de aurores.

Y estaba bien eso, era lo que siempre había querido ¿cierto?

Intentaba sentirse feliz, como la gente a su alrededor. Después de todo, que un loco que había tratado de matarte durante toda tu niñez y adolescencia hubiera muerto era algo para celebrarse. Y era un mayor motivo haber sobrevivido a todo lo vivido en la guerra.

Claro que lo quería. No podía ignorar el hecho de cuánto se había perdido. De cuánto había perdido la sociedad mágica y de cuanto había perdido él.

Cuando la euforia de haber ganado la guerra había cesado, aquellos que culpaban a Harry Potter por todo habían empezado a surgir. Aquellos que incluso culpaban a sus padres y a la Orden del Fénix por haber desafiado a lord Voldemort en múltiples ocasiones en lugar de asesinarlo.

Claro que aquellas personas no entendían lo que eran los Horcruxes y él había decidido no hablar de aquello.

Cientos de magos nacidos de muggles y mestizos  habían desaparecido y muerto a manos de los carroñeros. A dos meses de acabada la guerra, la búsqueda de aquellas personas no había cesado.

Pero ¿qué no había perdido él? Suspiró recostado encima de su escoba y con las manos bajo su cabeza, ¿alguien podía pensar en él? Sus padres, su padrino, el amigo de ellos que lo había entrenado y convertido en padrino: Remus, Ginny, varios de sus amigos y una infancia feliz al lado de todos ellos. Había perdido mucho. 

Miró el cielo despejado y vio a lo lejos una lechuza que venía hacia él. Inmediatamente, tomó su varita para protegerse si resultaba ser alguna torpe, como ya le había pasado. Afortunadamente, la lechuza sólo le aventó la carta y con un gesto parecido a un bufido, se fue.

Atrapó el sobre en el aire y con arrepentimiento, notó que era un vociferador.

No de nuevo...

¿Qué caso tenía tratar de detenerlo? Ninguno. Pero agradecía que esa vez no hubiera recibido la carta en el comedor de la MACUSA como hace algunos días. Sin mucho ánimo, solo espero que el mensaje fuera dado.

"Estimado señor Potter: es de mi agrado informarle que mi esposa, Mer, ha sido encontrada luego de su ausencia involuntaria" - recitó el vociferador con la calmada voz de un hombre. Respiró aliviado, tal vez no fuera un mal mensaje después de todo. - "...Sin embargo, he de decirle ¡QUE ESTÁ MUERTA! ¡LA ENCONTRARON EN UN CLARO DEL BOSQUE SIN SUS PERTENENCIAS, CON GOLPES POR TODO SU CUERPO Y CON LA PALABRA SANGRE SUCIA EN SU ROSTRO! ¡SUS OJOS ESTABAN CONGELADOS EN UNA EXPRESIÓN DE TERROR! Pero no lo culpo, señor Potter, claro que no - susurró luego de haber gritado - ¡SU ÚNICO MALDITO ERROR FUE HABER NACIDO! ¡ASÍ VOLDEMORT JAMÁS HABRÍA HECHO HASTA LO IMPOSIBLE POR MATARLO! ¡ELLA SEGUIRIA AQUÍ! ¡OJALÁ SE MUERA!"