Esperaba algo más. . . ¿Cómo decirlo? Descuidado.
El interior era completamente blanco, iluminado por luces en el techo y suelo. A los lados en las paredes habían aproximadamente diez camas, todas y cada una perfectamente tendidas. La casa, a pesar del exterior, era muy espaciosa.Estaba vacía y hacía mucho frío. Todas las camas estaban vacías y limpias, excepto por tres al fondo que tenían ropa blanca doblada. Caminé en total silencio hacia ellas y en una puse a Abril, cubriéndola después con la sábana para protegerla del atroz frío que había en la sala.
- ¿Tú sabes qué hacemos aquí? ¿O cuándo volveremos?
Preguntó una voz a mis espaldas. El tercer GA que poseía Intelecto era un muchacho joven con el cabello casi inexistente. Sus ojos eran negros como el carbón, un color demasiado peculiar para mi gusto; lo hacía ver misterioso.
Le dediqué una mirada dura llena de cansancio e incertidumbre que se desvaneció en segundos. Negué con la cabeza a la vez que soltaba un largo suspiro.- No, no lo sé.
Me limité a responder. El chico soltó un bufido y se sentó en la cama opuesta, recargándose contra la pared.
Me dediqué a mirar a Abril, quien parecía estar teniendo una pesadilla. Sus ojos se movían rápidamente bajo los párpados y su respiración se había vuelto acelerada. ¿Sería un buen indicio? ¿Estaría a punto de despertar después de días de morfina?
Acaricié su rostro los las yemas de los dedos. Su piel estaba fría, y un ligero tono amarillento la adornaba, dándole un aspecto poco saludable. Quería todo de ella: su cabello revuelto, sus labios finos, sus ojos grandes. . .
Y sin embargo no pude salvarla. Ese día, el día en el que nos capturaron, pude haber establecido una conexión cerebral con ella y avisarle de los intrusos, pero no lo hice. Ella pudo haber escapado, pero no lo hizo por mi culpa.
- Perdóname, por favor. . .
Susurré, cerrando los ojos y recargándome contra la pared, aun sentado a la orilla de la cama. Tomé su mano y la llevé a mis labios con delicadeza, plantando un beso en el dorso. Noté que su muñeca estaba considerablemente más delgada que hace días, cosa que me alarmó ligeramente.
- Espera. . . No se valla. . . Quédese.
Susurraba Abril, extendiendo una mano al aire. Me la quedé viendo; me parecía curiosa la manera en la que reaccionaba a los estímulos de su sueño, hablando y moviéndose como si realmente estuviera pasando.
Me quedé dormido recargado en la pared, con mis manos sosteniendo las de Abril. A pesar de la incómoda posición en la que me encontraba, estaba feliz de estar junto a ella, protegiéndola de estas nuevas situaciones en las que nadie, ni normales ni GA, deberían pasar.
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Genetics: Genéticamente Alterados
Science FictionTodo esto ha iniciado por un accidente durante el avance de la Tecnología, un accidente que cometieron mis antepasados hace varios lustros atrás. Se sabe que solo hay cincuenta como yo en todo el planeta tierra y que la población nos busca exhaustiv...