Capítulo 28: Boy did you pick the Wrong Guy to Kidnap

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Harry y su grupo regresaron al Zeppelin para encontrar a una Doctora preocupada aferrando un pedazo de Pergamino.

-¿Qué ocurre?- preguntó Harry preocupado.

-Han secuestrado al Profesor-, el Doctor le entregó el pergamino. -Exigen que se entregue-.

-¿Cómo se las han arreglado para enviar la nota de rescate?-. Harry parpadeó.

-Hay otro que no lo explica-, contestó el Doctora. -Aquí-.

-El Profesor escribe que la envió de vuelta con su Zippo... y luego envió esta segunda nota explicando cómo la primera nota llegó aquí junto con una explicación sobre cómo esta segunda no llegó-. Henchgirl ojeó la nota. -Aunque él no dice por qué no acaba de utilizar el Zippo a puerto de vuelta-.

-Probablemente estaba fuera de alcance o algo así-, Harry se encogió de hombros. -¿Qué dice la otra nota?-.

-Dice que empezarán a cortar dedos si no respondes pronto-, Henchgirl miró por encima del pergamino. -¿Es difícil reimplantar los dedos?-.

-Mucho-, asintió la Doctora. -Si nos envían un dedo, podría ser demasiado tarde para ponérselo de nuevo para cuando lo encontremos-.

-¿Podrían colocarme un dedo nuevo si encontrara otro?-. preguntó Harry en voz baja.

-Sí-, asintió la Doctora. -Pero no creo que te resulte fácil encontrar dedos frescos-.

-Si encontramos a los que se lo llevaron-, la sonrisa de Harry se volvió fría. -Tendré todas las partes del cuerpo que necesites-.

-Yo...- la Doctora asintió.

-Moveré el Zeppelin a la ubicación del Profesor-, respondió Henchgirl. -No debería ser muy difícil de encontrar-.

-Voy a leer un poco-, dijo Harry. -Avísame cuando estemos cerca, quiero estar seguro de que tenemos una buena entrada-.

-Voy a preparar un hospital de campaña-, se ofreció la Doctora.

-Yo... dormiré un poco-, asintió para sí el Arquitecto. -Despiértame si hay ruinas interesantes o algo-.

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-Nadie va a salvar a ninguno de ustedes-, sonrió el Bandido a sus cautivos. -Y muy pronto voy a empezar a enviar partes de ustedes de vuelta a sus familias y...-

-Oh, cállate-, miró el profesor. -Ya es bastante malo estar en una jaula tan incómoda, ¿tienen que contaminar el aire con su incesante cháchara?-.

-¿Qué...?- El bandido se quedó estupefacto, nunca había recibido esa respuesta.

-Y otra cosa-, el Profesor empezó a trabajar. -Creo que soy un cautivo importante, debería tener mi propia jaula... por qué debería tener que compartir una jaula con otras personas, concedido que han sido buena compañía pero aún así encuentro bastante insultante que no hicieras el esfuerzo de darme mi propia jaula o incluso encadenarme a los barrotes... eso... esa falta de respeto por mi nivel de amenaza no se olvidará-.

-O... ¿eh?- El bandido se alejó confundido, atormentar a los cautivos no era divertido si se iban a quejar de lo suave que había sido el trato.

-Tú... ¿te enfrentaste a él?- Uno de los cautivos miró atónito al Profesor -Nunca he visto a nadie hacer eso-.

-Qué descaro el de ese hombre-, el Profesor se cruzó de brazos. -Cualquiera diría que soy inofensivo, no puedo creer lo insultante que es eso-.

-Um... ¿quién es usted?- Preguntó uno de los otros cautivos con cara de asombro.

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