25ও

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No podían seguir quedándose ahí. Después del ataque de los soldados, Minho decidió que era hora de abandonar la mansión, no dudaba en que volverían por ellos con mejores armas al ver qué tipo de criaturas mágicas lo acompañaban. Le dolía mucho, ese lugar había sido su hogar durante mucho tiempo al igual que el hogar de Félix, tener que dejarlo le generaba impotencia y mucha tristeza, y todo por la intolerancia de los Han.

Sus opciones se habían acabado, no había manera de que su mansión volviera a ser segura, y en parte, se sentía un poco culpable por no poder protegerla.

Con algunas de sus cosas, Minho salió de la mansión junto a las demás criaturas, rogando por no encontrarse con más soldados en el camino. La luz de la luna no era tan brillante esa noche, por lo que todo el bosque se notaba más oscuro.

Félix agarró con fuerza sus cosas contra su pecho y vio con tristeza el jardín de Minho; todo había sido destruido con explosivos a excepción de una rosa azul que todavía seguía en pie en medio de los escombros. Se apresuró a sacarla con cuidado, estaba demasiado expuesta y frágil. Tal vez, Minho no había prestado atención, pero estaba consciente de lo importante que era para él mantener al menos una de esas rosas cerca, así que la llevó consigo sin que Minho lo notara.

—Debemos movernos rápido, ¿puedes hacerlo, Chan?—Minho vio al mayor todavía con algunas vendas en su cuerpo.

—Claro—asintió, negándose a ser una carga para los demás—Ahora no siento casi nada—aseguró, recomponiéndose sin la ayuda de Jeongin.

Minho asintió, revisando que todos estuvieran afuera y no faltara nadie, y cuando estuvo seguro, empezó a caminar en el frente en dirección al hogar de Seungmin, él le aseguró que en su casa no pasaría nada debido a que estaba escondida.

—¿Seguro que nadie podrá encontrarla?—cuestionó Minho en voz baja hacia el hechicero.

—Muy seguro. ¿Recuerdas cuando fuiste con Jisung?—Minho asintió—Nadie más que ustedes pudieron verla porque me necesitaban para algo en específico, los soldados no saben sobre eso, así que es imposible que logren encontrarnos.

Minho se mantuvo pensativo durante unos segundos, recordando ese día en el que Jisung cumplió su deseo de saber qué había pasado el día que sus padres murieron. Odiaba que muchas cosas estuvieran relacionadas con él, pero no podía evitarlo, muchas cosas pasaron en su presencia como para simplemente olvidarlo.

No era así de fuerte.

—Llegamos—avisó Seungmin, deteniéndose en el medio del bosque, casi a oscuras.

—No veo nada—dijo Félix en voz baja, un poco asustado por el horrible silencio.

—Ahí está—aseguró—Entrecierren los ojos, respiren hondo y exhalen con fuerza, después podrán verla.

No muy convencidos, todos hicieron caso y en cuestión de segundos, la casa de Seungmin apareció.

—Ahora la veo—dijo sorprendido Yeonjun, abriendo los ojos con normalidad.

—Les mentí, solo debía hacerla aparecer yo mismo—rio un poco antes de acercarse a la puerta.

—Necesito paciencia con este chico—murmuró San, negando con la cabeza.

—No quiero ofenderte, pero, ¿seguro que todos cabemos en esa casa? Se ve un poco pequeña—comentó Jeongin, analizando la fachada que se veía un poco deteriorada, además que se notaba que ese era hogar para una sola persona.

—Solo entren—sonrió Seungmin, abriendo la puerta para darles paso.

Los primeros en entrar fueron San y Yeonjun, sorprendidos por el tamaño del interior, se veía demasiado grande a como se veía por fuera. Luego de ellos, entraron Chan y Jeongin, viendo su entorno con expresiones sorprendidas, en especial por las escaleras que aparentemente, iban hacia el segundo piso. Changbin por su parte, ya había estado ahí algunas veces, por lo que no se encontraba sorprendido, solo un poco nostálgico.

✧꙳𝙱𝚕𝚞𝚎 𝚛𝚘𝚜𝚎𝚜꙳✧ 「𝙼𝙸𝙽𝚂𝚄𝙽𝙶」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora