La región de Phantomia es un lugar lleno de misterios oscuros que la hacen ver como una región mística y maldita.
Malva, una chica de dieciséis años, empieza su viaje por esta región, con un objetivo claro: encontrar a su hermano Alec, un Pokémon R...
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Decir que Malva estaba nerviosa se quedaba corto. Sentía todo su cuerpo agitarse con anticipación, y apostaba cualquier cosa a que su equipo pokémon sentía lo mismo.
- Un poco más...
Murmuró, mientras sus pies le guiaban al último gimnasio pokémon de Phantomia, donde, al lado de la entrada, pudo leer un cartel:
"Gimnasio de Ciudad Alada Líder: Coral, la Madre de los Dragones"
Tomando un último respiro, Malva entró al edificio, donde fue recibida por una densa niebla fría, que la hizo temblar.
- ¿P-por qué hace tanto frío?
Pensó en voz alta, aferrándose a su sudadera, cuando unos pasos llamaron su atención.
- Hace frío en comparación con el exterior, ¿eh?
Dijo una chica joven, vestida con una especie de kimono.
- Bienvenida al gimnasio de Ciudad Alada. Coral dijo que estaba esperando a una aspirante para hoy, supongo que serás tú. - En efecto.
Confirmó Malva, y la chica miró hacia adelate, como si señalara algo con la mirada.
- Más adelante hay un lago de aguas un tanto frías. Ahí viven unos pokémon llamados Dratini y Dragonair.
Empezó a explicar la chica.
- La prueba de este gimnasio consiste en obtener las Escamas Dragón que portan estos pokémon. Son un total de tres escamas, pero, no creas que será tarea fácil, ya que, aleatoriamente, pueden enfrentarse más de uno de estos pokémon contra ti, y no siempre habrá uno con el objeto requerido.
Malva asintió, quedándose con el objetivo de aquella prueba.
- A medio camino, en el lago, hay una plataforma donde podrás curar a tus pokémon. Pelear con muchos pokémon de tipo dragón es agotador. - Entiendo, gracias por todo.
Y, con eso, Malva fue directa a confrontar la última prueba de gimnasio, antes de conseguir su última medalla. . . .
La chica de la entrada no mentía cuando decía que la prueba era agotadora. Malva tan solo había conseguido una escama dragón, y había derrotado como a cinco Dratinis y tres Dragonairs.
- Greninja, ¿estás bien?
Cuestionó la entrenadora, mientras su pokémon inicial miraba al horizonte, ayudando a desplazar a su entrenadora por las frías aguas del lago.
