La región de Phantomia es un lugar lleno de misterios oscuros que la hacen ver como una región mística y maldita.
Malva, una chica de dieciséis años, empieza su viaje por esta región, con un objetivo claro: encontrar a su hermano Alec, un Pokémon R...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cuando Malva salió del Centro Pokémon a la mañana siguiente, esperaba ver algún que otro destrozo que le indicara que Kurai era el mismo problemático de siempre. Se extrañó cuando vio que la ciudad estaba perfectamente, como la había dejado la noche anterior.
- Bueno... a entrenar.
Pensó en voz alta, llena de determinación. Andrew, el líder de gimnasio de Ciudad Plegaria, seguramente no pensaba en tener un mínimo de piedad con ella durante el combate de gimnasio. . . .
Malva repitió aquella rutina durante tres días. Madrugaba, entrenaba a todo su equipo y, ya por la noche, dormía como un ceporro.
Sus piernas temblaron cuando se encontró frente a un edificio con un cartel donde se podía leer: "Gimnasio Pokémon de Ciudad Plegaria Líder: Andrew, el periodista que lucha por la verdad"
- ¿Les costará a los líderes de gimnasio elegir una frase o sobrenombre para poner al lado de sus nombres, en estos carteles?
Se preguntó, antes de que, casi sin querer, sus pies le llevaran adentro del gimnasio. Se quedó boquiabierta. El lugar era, entero, una galería llena de fotos de distintos tamaños que declraban las paredes. Casi parecía un mosaico la estructura que formaban aquellas fotografías.
- Bienvenida al gimnasio de Ciudad Plegaria.
Saludó un joven y Malva le devolvió el saludo.
- Como te habrás informado, Andrew, el líder de gimnasio de esta ciudad, es especialista en pokémon de tipo normal. Tiene un segundo trabajo como periodista y, en su tiempo libre se dedica a fotografiar pokémon, personas y paisajes, ya no sólo de Phantomia, sino de otros lugares del mundo.
Con razón el gimnasio, aunque las paredes parecían mantener un sólo color, las fotografías se veían pintorescas.
- Ahora, la prueba de este gimnasio es la siguiente. Se te dará una primera pista y deberás buscar una fotografía en concreto para obtener más pistas que te llevarán hasta el líder.
Por lo menos, aquello sonaba simple, en comparación con la prueba infernal que pasó en el gimnasio de Lino.
- Pero, ten cuidado.
Oh, no... Ya no iba a ser tan simple.
- Si te equivocas, aunque sea una sóla vez, te atacarán pokémon de tipo normal y tendrás que comenzar la prueba desde cero. ¿Tienes todo listo?
Malva asintió. No tenía más opción. Si quería llegar hasta el Cabo del Norte necesitaba sí o sí aquella medalla de gimnasio.
