La región de Phantomia es un lugar lleno de misterios oscuros que la hacen ver como una región mística y maldita.
Malva, una chica de dieciséis años, empieza su viaje por esta región, con un objetivo claro: encontrar a su hermano Alec, un Pokémon R...
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Malva sabía que tenía que ir a Pueblo Melancolía cuanto antes, pero, ¿por qué no, disfrutar de los paisajes? La Ruta 1 era una zona bastante tranquila y llena de vegetación, aunque la cantidad de hierba alta la hacía ver algo intimidante para un entrenador principiante.
De un momento a otro, Froakie saltó de su hombro, alertándo a su entrenadora, y se fue corriendo, hacia la hierba alta.
- ¡Froakie, ¿a dónde- - ...cino... - ¿Huh?
Oyó algo débil, en la hierba alta. Con disimulo, se acercó, y, casi le dio un infarto lo que vio. Sacó su Pokédex.
"Minccino: Pokémon Chinchilla Usa la cola para barrer la basurilla. Su extrema pulcritud es tanto una ayuda en la limpieza del hogar como un incordio."
Al parecer, aquella criaturita se llamaba Minccino, y era de tipo normal. Este pequeñín estaba muy mal herido, por lo que, por un momento, Malva casi entra en pánico, ya no por miedo a ser atacada, sino por lo frágil que se veía aquel ser pequeño de pelaje grisáceo, sucio por las heridas y la tierra del suelo.
- Fro...
Froakie miró a su entrenadora, suplicante. Inmediatamente, Malva captó el mensaje, agachándose hasta quedar a la altura del pokémon herido.
- Tengo que llevarte a un Centro Pokémon.
Dijo al Minccino. Lo cargó entre sus brazos. Estaba tan débil, que se comportaba de forma dócil, acurrucado en su pecho.
A toda prisa, llegó a Pueblo Melancolía y, lo primero que hizo, fue localizar el Centro Pokémon, edificio al cual entró de golpe.
- ¡¡Ayuda!!
Exclamó, sin importarle que la gente le mirara raro o empezase a murmurar cosas como "¿Y esta loca?" "¡Qué escándalo!".
- ¡Este pequeño está muy mal herido!
Inmediatamente, le atendió una enfermera de cabellos largos y rosados, quien, viendo el estado de la pobre criaturita de pelaje grisáceo, no tardó en reaccionar, cogiéndola en brazos y caminando a pasos apresurados por un pasillo.
- Lo llevaré a una sala de emergencia, acompáñame.
Indicó a Malva, quien siguió a la enfermera, con el corazón a mil. ¿Quién iba a decir que, nada más empezar su aventura, iba a empatizar tan rápidamente con pokémon?
Una vez en la sala, la mayor metió a Minccino en una urna, donde varios tipos de luz lo tocaban.
- Tranquila, se pondrá bien... ¿Es tuyo? - Salvaje... creo.
