14 - PARTE CATORCE

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AÑO 2030 - PUEBLO KAIRASAYURI.

— Estás totalmente sucia, suerte que ahora traje toallas húmedas porque ayer te vi con muchas manchas — Jihyo se quedó totalmente quieta cuando Sana tomó una toalla y la pasó por su rostro.

Claramente al comerse aquellos... aquellas carnes, se había manchado mucho y no encontró el porqué limpiarse, pero ahora Sana lo hacía.

Ayer fue el primer día que Sana la visitó, pero tuvo que irse por algo importante que Jihyo desconocía, y ahora al verla parecía que traía muchas cosas consigo.

Entre ellas, un gran venado muerto.

— Traje esto — Sana apuntó al venado — Antes comías carne cruda aunque no sé si comas esto, ¿lo comes? — Jihyo solo asintió y se acercó — Bien, todo tuyo, procura no mancharte, porque si no, voy a pasar tooodo el día limpiandote — amenazó con un dedo.

Jihyo se acercó al animal y empezó su ritual de alimentación, que Sana no quería ver así que prefirió irse.

— Traje muchas cosas, puedes comer y yo voy por ellas — se fue corriendo para llegar rápido.

No sabría cuánto tardaría ni cuándo se cansaría, pero lo haría. Salió del área y caminó mucho más, llegando al auto mal estacionado al lado de la carretera, pero aún así sacó varias bolsas y se dedicó a hacer el viaje de regreso.

Tropezó y jadeó mucho, pero le sorprendió ver a Jihyo esperándola al lado de la reja, junto al lado tomando agua. La reja estaba totalmente aplastada porque a Jihyo le dió la gana pasar por encima.

— ¿Me ayudas? — dió una sonrisa cuando Jihyo acabó de saciarse. Jihyo tomó las bolsas y empezó a llevárselas como si no fueran nada, causando la pequeña envidia de Sana porque ella las había llevado arrastrando — Voy a atraer las demás — avisó y dió otro viaje.

Al regresar, Jihyo la estaba esperando igual y le ayudó a llevarlas.

— Ahora necesitamos llevarlas al séptimo piso, parece que te gusta estar allí — Jihyo quiso decirle que solo la pasaba allí por costumbre, pero no podía así que le restó importancia.

Igual el séptimo piso es más de su comodidad, ha estado allí desde años.

Llegando allá, Sana casi se desploma contra la silla delante del escritorio, había subido muchos escalones, pero mejor respiró hondo y miró a Jihyo que parecía ver todo con curiosidad.

— Quisiera llevarte a mi casa pero sería muy sospechoso que maté tantos animales y tampoco hay cómo transportarte, así que haré todo esto un lugar cómodo para ti — Sana pudo ver a Jihyo aplaudir un poco, emocionada, y sonrió — ... Solo hasta que encuentre una solución — se murmuró a sí misma.

Era una total promesa.

Sana se sentía muy culpable por haber llevado a que toda la situación se desarrollase; por haber llevado a Jihyo con Hinata, por no haber suplicado a Hinata que detuviera todo el experimento, por no ser una buena amiga.

Lo revertirá de algún modo, estudiará todos los papeles y buscará una solución aún cuando el científico que era Hinata no lo haya logrado.

Nunca ha sabido mucho de científica, ni nada que hizo Hinata en Jihyo, pero estudiando se aprende.

— ¿No puedes hablar? — preguntó después de un rato, ya que antes del descontrol Jihyo sí podía hablar, débilmente pero podía — Solo supongo que no puedes hablar pero no estoy segura — agregó y Jihyo negó, abriendo la boca para soltar un pequeño rugido.

Sana asintió y empezó a quejarse al tener un pequeño entumecimiento en su muslo.

— Las escaleras son un asco, ¿no pudieron dejar la electricidad? — Jihyo la miró divertida.

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