Sam
- Tengo que ir con mi novia. - Digo, dando la vuelta y estando dispuesta a salir de la habitación lo antes posible. Heidi parece querer absolutamente todo lo contrario y me toma de sorpresa cuando me jala hasta ella para juntar sus labios con los míos, usando una fuerza que ni siquiera sé de dónde ha sacado.
Quiero alejarme pero me es prácticamente imposible cuando ella pasa una de sus manos por mi nuca, haciendo que el contacto sea más profundo y su lengua choque con la mía. Pongo mis manos en su cintura, intentando hacer que la chica se haga para atrás y deje de besarme.
Yo ni siquiera estoy respondiendo al beso y ella sigue empeñada en hacer que lo haga.
Termino por alejarla finalmente, llevándome la mano a los labios, limpiando éstos un poco y mirando a la pelinegra, quien ahora luce apenada. Suspiro, ella debe estar loca si pensó que yo me quedaría por el simple hecho de que me besara.
- Sam yo... - Comienza a decir pero yo ya estoy dando la vuelta para salir del apartamento.
- Al Demonio, Hablamos después, Heidi - Es lo último que digo antes de salir del lugar para tomar mi auto y encender éste. Ignorando por completo la presencia de las personas de la prensa y comenzando a manejar con destino a casa de mis padres, donde seguramente Mon ya debe estar desesperada por verme.
Cuando voy a la mitad del camino mi celular comienza a sonar, puedo atender la llamada hasta que un alto se coloca frente a mí. Veo el nombre de mi mánager en la pantalla y coloco el altavoz para evitar problemas con la policía de tránsito. Suspiro antes de comenzar a hablar pero él se adelanta.
- ¡¿Estás loca, Anuntrakul?! - Cuestiona, su tono de voz siendo totalmente represivo y molesto. - ¡Las fotos ya están en internet! Pensé que no querías drama, niña. - Me dice y yo no encuentro la razón de su molestia hasta que recuerdo las furgonetas de los chicos de la prensa fuera del edificio.
Mon
Dios, no.
- ¿Qué fotos? - Pregunto, deseando que sean solamente de cuando ayudo a la pelinegra a bajar del auto.
- ¡¿Qué fotos?! Te besas con ella y no recuerdas nada, ¿Ah? - Dice, haciendo que ahora mismo lo único que quiera hacer sea golpearme con fuerza.
Estaba claro que Heidi quería algo como esto. Por supuesto. Nunca me llamó, estaba molesta y de la nada me busca, me besa y me deja ir sin más. Era de esperarse.
Chica dolida, chica que busca venganza.
- ¿Están en internet? - Cuestiono.
- Twitter está encendido, debiste tener más cuidado. - Murmura él ahora más tranquilo. - Hay fans defendiéndote, diciendo que ni siquiera cerraste los ojos y cosas más tontas... Pero hay otros que, bueno, sólo están arrojando odio. - Me cuenta, aunque eso es lo que menos me importa justo ahora.
No me interesa si hay personas que me odian allá fuera, lo único que importa aquí es Mon y cómo es que se ha tomado esto.
- Voy a solucionar esto. - Aseguro, guardando la calma y esperando que realmente pueda hacerlo.
- Yo voy a intentar ayudar desde acá, tú... Sólo no la pierdas, Anuntrakul - Me dice, haciendo total referencia a Mon. Termina la llamada, dejando que me concentre por completo en el camino y pronto llegue hasta la casa. Estaciono el auto, sin darle importancia al hecho de que hay furgonetas de la prensa esperando cualquier movimiento.
Salgo de mi auto lo antes posible, cubriendo mi rostro un poco para que los camarógrafos no puedan captarme muy bien. Entro a casa lo antes posible y me encuentro con una Mon bajando las escaleras, su expresión seria pero sin lucir dolida o algo parecido. Song detrás de ella, luciendo más molesta que incluso mi novia.
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MI PEQUEÑA ESTRELLA
FanfictionEs una adaptación. Prometo no dejarlos tirador ya tengo más de la mitad, sólo denle la oportunidad a esta loca historia de Amor