Capítulo 57

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Mon

Me miro al espejo por última vez, mi mamá entrando en la habitación y diciendo que es hora de que vayamos a donde Sam. No he visto a mi chica desde hace dos días cuando tuvo que irse a Miami con sus amigas, éstas diciendo que le harían una última fiesta como despedida de soltera y Yuki estableciendo una para mí junto a las chicas, En Los Ángeles. Al final decidimos quedarnos a vivir en los Estados Unidos

Debo aceptar que, aunque la fiesta organizada por mis mejores amigas era simplemente maravillosa, estuve prácticamente recibiendo y haciendo llamadas con mi novia. No porque estuviese aburrida ni mucho menos, es solo que saber que si se encontraba en Miami, donde tuvimos las mayores dificultades, me ponía nerviosa.

– Mon, tenemos que irnos, ya... – La voz de mi mamá desaparece por unos segundos, me giro levemente sobre mis talones, viendo a la mujer que me dio la vida poner sus manos sobre sus labios mientras al mismo tiempo sus ojos se humedecen. Ella me había visto ya con el vestido pero ahora es tan distinto. Ahora sabemos que dentro de un par de horas todo esto de la boda será total y absolutamente real. – Oh por dios, mi pequeña. – Es lo único que puede salir de sus labios antes de acercarse a mí por completo, abrazándome con delicadeza, tratando de no arruinar el vestido.

Quiero abrazarla con fuerza pero me detengo sabiendo que si lo hago y termino por estropear mi peinado o algo por el estilo varias personas querrán asesinarme. No Sam, sé que ella aunque estuviese usando una bolsa de patatas ella querría casarse conmigo

– Estás actuando como si fuese a casarme por la iglesia o algo así. – Bromeo una vez que se ha terminado de separar para verme bien. No estoy usando uno de esos vestidos que suelen ser extravagantes, por otro lado, he decidido llevar uno sencillo pero hermoso.

Tanto Yha como Yuki estaban de acuerdo en que un vestido en corte recto y algo suelto sería perfecto para mí, argumentando que definiría muy bien mi cuerpo y no sería tan estorboso como suelen ser algunos. Mi mamá estaba de acuerdo pero quería que no tuviese demasiado escote, como si eso fuese a dañarme o algo por el estilo.

Y no hace falta que mencione demasiado los pensamientos que tenía Mía. Quería que el vestido llevase manga larga y algún tipo de tela que cubriese mis hombros un poco, pero lo tendría el de Sam. Ella diciendo que aunque no tuviese que caminar hacia un altar sería bueno hacer nuestra "ceremonia" con respeto.

Finalmente encontramos un vestido que satisfacía las expectativas de cada una de nosotras, incluso Mía terminó maravillada al verme con él por primera vez. Lo que Yuki y Yha querían estaba realmente sentándome bien, el escote tanto a mi mamá como a Mía les encantaba. Mientras que a mí me parecía el vestido perfecto.

En color blanco con algunos adornos al frente, los suficientes para llamar la atención pero no resultar bobamente exagerada ante los invitados y/o mi futura esposa. Realmente no pensaba que encontraría uno que me gustase tanto como me gusta este.

– Estoy actuando como todos actúan, cariño. – Me dice mi mamá, secando las lágrimas que corrieron por sus mejillas con un pequeño pañuelo. Ella tiene razón, todos actuaban como si Sam y yo estuviésemos planeando la boda del año, como si fuésemos a casarnos por la iglesia o en algún sitio extravagante.

A decir verdad, tanto mi novia como yo habíamos estado dudando respecto al salón en el que se daría lugar la fiesta y aunque no fuésemos a estar en ella por mucho tiempo Sam insistía en que necesitaba ser una boda perfecta para mí, para nosotras.

Finalmente Heng impuso que todo se llevase a cabo en su casa de Miami. Sam y yo tuvimos que aceptarlo, realmente tampoco era como si quisiéramos hacer algo enorme en algún sitio demasiado público. Ya teníamos bastante con los de la prensa siguiéndonos a todos lados más de cerca desde que se enteraron de que la boda se realizaría.

MI PEQUEÑA ESTRELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora