Capítulo 36

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Sam

Mantengo la mirada pérdida en el techo de la habitación que nos han asignado y suspiro con fuerza aún sin poder sacar de mi cabeza lo que ha pasado en casa de mis padres, está claro que no podré pensar en ninguna otra cosa hasta que aquello se arregle o al menos se tranquilice un poco.

- Por favor dime que no vamos a terminar. - Es lo primero que sale de los labios de mi novia en el instante en el que abre la puerta de la habitación.

- ¿Te das cuenta de que han pasado alrededor de cinco minutos? - Le pregunto sin poder contener una sonrisa. Le he pedido que me diera algo de tiempo para acomodar mis ideas luego de que termináramos de ayudar con todo eso de los preparativos de la cena pero es tan desesperada que simplemente ya ha entrado.

Cierra la puerta mientras se acerca hasta la cama, me mira como preguntando si puede unirse y me hago a un lado a pesar de que estamos en una individual, ella se acomoda a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro y pasando uno de sus brazos por mi cintura, aferrándose a ésta.

- Fueron seis, además, es difícil esperar sabiendo que te encuentras mal. - Me dice, mi vista aun estando en el techo pero bajando de inmediato para ver a mi chica quien mantiene sus ojos cerrados y su respiración tranquila me indica que tiene sueño. - No quiero ni pensar que eso de alejarnos un poco cuando volvamos a Nuestras actividades ha ido enserio. - Confiesa.

No hemos descansado desde que llegamos a Bangkok, y aunque sus papás nos han enviado a dormir para recuperar fuerzas no me creo capaz de hacerlo. Sin embargo, Mon parece necesitarlo con urgencia.

- Debería ir a ayudar en la cocina un momento. - Digo intentando ponerme de pie pero siendo interrumpida por mi novia quien se aferra más a mi cintura y al mismo tiempo entrelazando una de sus piernas con las mías. Apoya su cabeza ahora en mi pecho y suspira.

- No te vayas. - Susurra, su voz sonando triste y cansada. - Al menos no hasta que me duerma. - Pide sinceramente.

Siento como si mi corazón se rompiera al escucharla decir aquello, es obvio que ella está mal por todo esto. Lo sé porque claramente yo también estoy pasando por lo mismo, quizá estoy sintiéndome mucho peor.

- No iré a ningún lado. - Aseguro pasando mi mano por su cabello, tratando de hacer que se tranquilice y maneje esto bien. Lo mejor para ella es descansar y olvidar todo lo que está pasando al menos por un rato.

- Sólo no te vayas por el momento, Samanun - Dice, su voz ahora sonando tenue y totalmente vulnerable. - No hagas promesas que no vas a cumplir, por favor. - Murmura riendo irónicamente.

Entiendo que esté actuando de este modo, entiendo que no es fácil para ella tener que soportar mis idas y venidas respecto a las decisiones importantes. También tengo claro que no es nada divertido tener que soportar la idea de que tu novia simplemente no puede presentarte frente a su familia como la chica que amas o algo por el estilo.

- Sabes que te amo, ¿Cierto? - Le cuestiono en voz baja.

- Eso suena mucho como una despedida. - Me hace saber, su respiración se hace un poco más relajada y me tranquiliza saber que al menos puede llevar esto bien. Si las cosas fueran al revés apuesto que yo ni siquiera querría pasar por lo mismo que ya pasé con Ana hace tiempo.

- No, no. - Intento hacerle entender lo más pronto que puedo. - Sólo quiero que sepas que te amo. - Explico.

Ella se queda callada, no sé exactamente por qué pero prefiero no decir nada al respecto. Opto por pasar mi mano ahora por su espalda, acariciando ésta y tratando de que mi chica pueda relajarse para dormir tranquilamente.

No quiero que ella piense que voy a dejarla porque es lo que menos quiero hacer. Pero tampoco voy a negar que necesito algo de tiempo para terminar de analizar este asunto, necesito arreglar las cosas con mi mamá lo antes posible para estar bien con la misma Mon. No quiero herirla, no pretendo causarle ningún tipo de daño.

MI PEQUEÑA ESTRELLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora