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Los movimientos de Jimin terminaron junto con el sonido del piano que emitía una triste bocina a Bluetooth. Segundos después de reponerse del baile caminó hacia sus cosas, en busca de la botella de agua.

Inconscientemente hizo un puchero al verla vacía.

Una risilla lo hizo mirar hacia los asientos del auditorio. Min, con una sonrisa de esas que le permitía al otro observar sus encías, caminaba hacia él con un par de botellas de agua en las manos.

Cuando Jimin conoció a Yoongi, todo el tiempo parecía un chico triste y aburrido de la vida, también un bad boy tal vez. Jimin se sintió atraído hacia él desde que accidentalmente lo vió tocar una guitarra acústica frente al ventanal de la sala de música; lo único que acompañaba la melodía eran las gotas de lluvia que golpeaban en el vidrio. Por las circunstancias, pensó, la escena fue tan conmovedora que quedó enganchado al desconocido. Algunos días después Jung se lo presentó, ahora tenía nombre.

Min Yoongi.

Y aunque durante mucho tiempo pensó en él como alguien con aura oscura, temible, serio y muy centrado, Yoongi le demostró que eso no era del todo cierto. Era bastante tímido, sí, pero también risueño y cuando cogía confianza llegaba a ser muy hablador.

Las notas fueron una locura. La primera fue un impulso y las demás fueron un problema de no parar. Sentía la necesidad de seguir enviando notas y dejando cosas para que Yoongi cambiara la cara de amargura que cargaba en esos días.

Últimamente lo veía diferente, no sabía si algo más le pasaba a su Hyung o era que quizá lo estaba conociendo mejor, dejando de lado sus suposiciones de cuando no le dirigía ni el saludo aún cuando estaban en la misma mesa y compartían amistades. Yoongi lucía radiante, sonriente, tranquilo y... Vivo. Yoongi parecía inspirado, con ganas de comerse al mundo, ansioso por momentos felices.

Y era demasiado satisfactorio verlo.

Sonrió al recibir la botella de agua y un inesperado beso en la frente.

-Estoy sudado. -mencionó, intentando quitarle crédito a ese besito que lo había hecho sonrojar.

-¿Y no puedo besarte si lo estás?

Yoongi coqueteaba con libertad, y Jimin quería que la tierra lo tragara. No estaba preparado para esa faceta del mayor, menos después de lo que pasó entre ellos.

Sólo de recordarlo se ponía tímido.

-Hyung...

-Ya, ya... -Se sentó en el filo del escenario, Jimin junto a él. -Veo que estás listo para la presentación.

-¿Usted cree, Hyung?

Yoongi lo miró por unos largos segundos, observó su rostro detenidamente y al final chasqueó su lengua, asintiendo.

-He visto lo que hacías hoy, completamente. Lo haces tan, tan bien. -colocó una mano sobre el muslo contrario -No te des muy duro, Jiminnie. -una sombra de sonrisa pasó por sus labios, decidió agregar su pensamiento -Para eso ya estoy yo.

-¡Hyung!

La carcajada de Min Yoongi se escuchó en gran parte del auditorio.

Jimin guardó ese sonido en su cerebro, bajo llave, para siempre.

YOONGI HYUNG. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora