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Escena con contenido explícito.
Leer bajo su propia responsabilidad.



Los ojos de Park Jimin brillaban, llenos de lujuria, placer y sobretodo, una profunda tristeza.

No sabía cómo explicar su situación; pasar de un estado catatónico a sentirse malditamente obsceno por las ganas inmensas de sexo, no podía ser del todo normal.

Sin embargo, no tardaría ni un segundo en saciar su sed. Lo necesitaba.

El sexo con Yoongi nunca había sido como lo imaginaba cuando ni siquiera podía sostenerle la mirada; suave, dulce, delicado. El sexo con Yoongi era condenadamente placentero, pero en un sentido totalmente diferente. Con Yoongi descubrió cosas que nunca pensó que le enloquecerían.

Gimió suave por la constante fricción de sus miembros, aún cubiertos por la ropa. Tiró hacia atrás del cabello buscando mejor exposición del cuello contrario. Se dedicó a besar, lamer y morder el cuello pálido de Min Yoongi. Era suyo, debía marcarlo. Tenía que hacerlo.

Yoongi gruñó de placer, apretando cuál pelota antiestrés la cadera del menor; él tampoco se salvaría de ser marcado.

-Hyung... -Enterró sus uñas en los hombros Yoongi, tirando su cabeza hacia atrás y simulando sentones sobre la entrepierna del mayor, quién rápidamente se dispuso a atacar su cuello esta vez.

-Mierda, Jimin.

En un movimiento muy poco calculado, pero aún así perfecto, Jimin quedó sobre sus rodillas en la cama. Mentiría si no sintió dolor por cómo su piel fue maltratada cuando Yoongi le retiró el pantalón y la ropa interior con brusquedad, pero también sería un mentiroso aún más grande si dijera que no le gustó.

Sintió el ataque de la lengua de Yoongi inmediatamente, cayendo a bruces sobre el colchón y dejando su trasero aún más levantado para Yoongi, quién lamía con insistencia mientras amasaba las dos grandes nalgas de Jimin.

Si algo adoraba Yoongi de Jimin, era su jodido gran trasero.

-¡Papi!- El primer azote con la correa de cuero que Min traía llegó a su piel, sorprendiendolo y dejándolo ansioso por más. Segundo, tercero, cuarto...

El trasero de Jimin estaba casi en sangre de los golpes y apretones que había recibido.

-Tan lindo. -Susurró Yoongi antes de enterrar su cabeza nuevamente entre en trasero de Jimin.

Era adicto.

Jimin mismo tanteó la cama en busca de la correa, y cuando la encontró intentó concentrarse en lo que quería. Cuando sintió dos dedos de Yoongi dentro, ya tenía los movimientos de sus manos totalmente limitados.

La habitación estaba llena de sonidos obscenos que lo único que lograban era prenderlos más.

Tres dedos fueron suficientes para que Jimin se quejara, aunque sabía que sólo debía avisar, quería que Yoongi se lo preguntara.

Era adicto a la voz de Yoongi en el sexo.

-¿Qué es lo que se te ofrece, precioso?

Ahí estaba, le había llamado precioso aún cuando estaba con los ojos llorosos, chorreando saliva del placer, manchado de líquido preseminal y con tres de sus dedos enterrados en el culo.

Precioso, le parecía a Yoongi.

-Tu polla en mi culo.

-Hmm, esa boquita sucia.

Recibió una bofetada, fuerte, malditamente placentera.

Yoongi movió con rapidez los dedos en su interior y luego los sacó. Repitió la acción algunas veces más hasta que Jimin sollozó, ese fue su límite.

-¿Cuál es la palabra?

-Fresa.

-Nos fuimos por frutas el día de hoy, ¿Hmm?

No lo vió venir, sólo sintió de una vez por todas como su agujero recibía el miembro de Yoongi con brusquedad. No gimió, gritó, a punto de llorar del placer que sentía por los movimientos duros de su pareja.

Tan...

-Tan jodidamente bueno. -Murmuró Yoongi, fundido en el placer. -Tan jodidamente... Deja de apretarme así o me vendré enseguida, bonito.

Jimin gimió, el placer haciéndolo apretar aún más. Yoongi golpeó su trasero como reprensión.

-Hyung.

-¿Sí, amor?

Las estocadas de Yoongi fueron disminuyendo poco a poco, enfocándose en escuchar a Jimin.

-Déjame montarte.

Una sonrisa se escapó de los labios de Yoongi, quién dejó un fuerte beso en la espalda sudada del menor, acompañado de unos cuantos más.

-¿Cómo puedes ser tan lindo y caliente al mismo tiempo? -Preguntó, dándole unas palmaditas en el trasero. -Vamos, hora de montar, lindo.

Su siguiente vista fue declarada como una de las cosas más calientes que había visto en el sexo con Jimin; verlo hecho un desastre, con las manos amarradas, sobre él, sosteniendo su polla para luego él mismo penetrarse y gemir en cada bajada era una jodida obra de arte.

Yoongi atendió el pene de Jimin y minutos más tarde, perdidos en gemidos y sonidos de sus pieles chocando, consiguieron su liberación.

Jimin manchó la mano de Yoongi y su abdomen. Yoongi, por el contrario, se vació dentro de Jimin.

Estuvo al borde de la locura cuando el menor se levantó y de su trasero salió su escencia, aún más cuando caminó hasta el baño con las nalgas chorreando.

-¡Me vas a matar, Jimin!

-¡Cállate y ven al baño, no hemos terminado!

Yoongi casi se revuelca en la cama de la felicidad.

-¡Sé mío por siempre, Min Jimin!












Bueno, primera vez que escribo algo como esto.
Jsjdjss.
Chau.

YOONGI HYUNG. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora