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Ataques de ansiedad, uno tras otro, terminaron llevando a Jimin a un vacío inmenso del que ni siquiera Yoongi, que era la única persona en el mundo que le quedaba actualmente, era capaz de sacarlo.

Taehyung, su alma gemela, cuidaba de él en todo el sentido de la palabra mientras Yoongi hacía trámites y conseguia dinero para mantenerlos.

Irse a vivir juntos fue un plan apresurado, sin embargo, lo deseaban. Lo que ninguno pensó fue que sería de ese modo.

La abuela de Jimin sufrió una caída, lo que le fracturó la cadera y, aunque intentaron repararla rápidamente, por su edad y antecedentes, no fue capaz de tolerar la cirugía.

Había muerto, su único familiar, hacía poco más de dos semanas.

Desde entonces, Jimin sólo temblaba, lloraba, gritaba de vez en cuando y no se pertenecía. Estaba en una situación que lo hacía sentir avergonzado, pero de la que no podía salir.

Su mejor amigo incluso había decidido dejar de lado las vacaciones con su novio y quedarse a cuidar de él. Jimin había llegado al punto en el que incluso hacía sus necesidades sobre su ropa, y era tan humillante aunque Taehyung le sonriera y le dijera que todo estaba bien.

Era una carga.

Yoongi se encargaba de él por las noches, agotado, después de trabajar todo el día para poner un plato de comida sobre la mesa para los dos. Lo abrazaba, lo limpiaba y no dejaba de intentar mantenerlo a flote.

No fue hasta esa tarde, esa bendita tarde en la que se golpeó tantas veces contra la pared del baño que su cabeza sangró y sus nudillos subieron fuertes contusiones; Yoongi no podía tolerar más verlo de esa manera.

Lo lavó muy bien, porque sabía que a Jimin le gustaba sentirse extremadamente limpio, lo vistió con la ropa más cómoda y linda que encontró en su armario y, pidiendo prestado el auto de Hoseok, se lo llevó al hospital más cercano.

Jimin fue atendido por su situación clínica, limpiaron sus heridas y le administraron medicamentos para el dolor.

Pero, ¿Y su salud mental?

Yoongi quizá fue un poco atrevido, pero se había metido a casa de Jimin días antes, había revolcado por cada rincón en busca de un número de teléfono, hasta que -Él piensa, gracias a la abuela de Jimin- lo encontró en una agenda. Era el contacto del psiquiatra que lo había atendido años atrás, durante el duelo de la muerte de su madre.

Jimin reconoció rápidamente el lugar cuando su novio parqueó frente al consultorio, miró a Yoongi confundido.

El mayor le brindó una caricia en su rostro ahora pálido y cansado.

-Eres mi tesoro, mi amor... -Susurró- no puedo seguir viendo cómo te consumes, necesitamos buscar ayuda.

Jimin sintió sus ojos humedecerse, con un dolor en el pecho intentó hablar, pero no fue mucho lo que logró.

-Hyu-

-Estaré todo el tiempo a tu lado, vida mía, no estás sólo. Jamás lo estarás mientras Yoongi Hyung exista.

-Temo perderte también. -Admitió.

-Jiminnie, tú me tienes, me tienes y siempre me tendrás. No dudes, no temas, estamos juntos. No estaremos solos nunca más.

No más soledad.

YOONGI HYUNG. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora