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Jimin contaba con lo que conocía de Yoongi.

Era una buena persona, amable, amoroso, compasivo, talentoso y el mejor novio. 

Yoongi tenía errores, tenía un pasado que de alguna forma le había causado traumas y ahora debía vivir con esas secuelas, también tenía la costumbre de guardar sus sentimientos para sí mismo.

Jimin realmente nunca había visto a Yoongi explotar, y hasta ese momento se dio cuenta.

La única vez que lo vio al borde del colapso fue meses atrás, en la presentación final de semestre, donde descargó todos sus sentimientos en él. Lo dejó dolorido durante días, porque el sexo con Yoongi siempre era rudo. No se quejaba, sólo era un observación.

Lo había esperado para cenar, con lo poco que ganaba en una academia de baile donde trabajaba de medio tiempo como profesor pudo comprar buenos ingredientes para una comida deliciosa. Quería brindarle lo mejor esa noche.

Pero lo inesperado, sucedió.

Yoongi apenas había atravesado la puerta y ya tenía los nudillos ensangrentados del golpe que le dio a la pared. Se sintió como si el tiempo pasara excesivamente lento y a la vez veloz, arrasó como un huracán con todo lo que encontró en su camino; Jimin ni siquiera podía creer lo que estaba viendo.

Yoongi era demasiado pacífico como para que esa escena fuese real.

El mayor terminó tirado a mitad de la sala, en la alfombra de felpa que Jimin había elegido en sus primeras compras, hecho un ovillo mientras sollozaba con fuerza, Yoongi se veía destruido.

Jimin se hizo a un lado, sin decir nada, sólo lo dejó vivir su dolor mientras él le preparaba la reducida tina que tenían en el baño con agua tibia. Calentó también algunas toallas y un bonito pijama que Yoongi casi nunca usaba. Le echó un vistazo a la comida casi lista, recogió las cosas que Yoongi había tirado y las dejó en su lugar. 

Yoongi no se había movido ni un centímetro,  pero ya era hora de encargarse de él. Con dificultad, lo levantó y lo llevó al baño, le sacó la ropa y le hizo señas para que se adentrara a la tina. Yoongi quedó con las piernas dobladas entre el agua casi hirviendo que Jimin había preparado, algo que disfrutó en silencio. Un poco, leve, casi inexistente dolor por la temperatura del líquido.

Veinte minutos más tarde, Jimin estaba de vuelta con un par de toallas, lo incitó a levantarse y envolvió su cuerpo con la más grande. La pequeña la usó para secar su cabello ahora totalmente negro.

Yoongi empezó a besar el cuello de Jimin, perdiéndose en él, como siempre lo hacía. Jimin, en cambio, no le permitiría avanzar con su plan.

Lo llevó a la habitación, secó su cuerpo y lo vistió; hizo con él justo lo que había hecho el mayor durante su duelo.

Ya vestido, Yoongi se dejó meter a la cama y cubrirse hasta la cadera, sentado. Vio al menor irse y regresar con una mesa pequeña y la cena sobre ella.

-No podemos huir de nuestros problemas siempre, cariño, y mucho menos tener sexo como consuelo; se volverá enfermizo. -Yoongi torció la boca, no se atrevía a mirarlo. -Esta noche tendremos una larga conversación, y resolveremos lo que está sucediendo, juntos.

YOONGI HYUNG. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora