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Dos cuerpos semidesnudos en la habitación que compartieron cada día durante los últimos 6 meses, la tenue luz cálida de la lampara que mantenían en una de las mesas de noche porque a uno de ellos le daba miedo la oscuridad era lo único que les permitía aquél intenso contacto visual.

Yoongi, aún en ropa interior, tirado en la cama y apoyado sobre sus brazos para poder ver mejor a Jimin, quién se encontraba con una simple bata de seda abierta que amaba usar, mostrándole en totalidad su cuerpo al mayor.

Unos besos llenos de furia fueron los que lo llevaron a esas instancias. Yoongi había estado actuando como un idiota últimamente y Jimin no iba a dejarlo pasar. Entre discusión y discusión desde que llegó a casa esa noche, hacían ya unas cuantas horas, Yoongi terminó acorralando a Jimin contra la nevera, intentando intimidarlo para que se callara.

Claro, eso no funcionó. Yoongi jamás lograría intimidarlo.

-Úsame, Hyung.

La voz suave de Jimin llegó hasta sus oídos, erógena, ocasionando que su miembro incluso se moviera dentro de su ropa interior por la estimulación visual y auditiva.

Y es que, ver el cuerpo de Jimin con esa bonita seda y la sumisión en sus ojos, era algo majestuoso.

Jimin sumiso y a su disposición era su tesoro más preciado.

Y eso sólo lo hizo hablar.

Le sacó lo que llevaba en su cabeza.

Aquello que le daba vueltas una y otra vez, esperando el momento del viaje.

Quizá... Esperar era una pérdida de tiempo.

-Cásate conmigo, Jiminnie.



YOONGI HYUNG. [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora