𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐄𝐄𝐍.

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-¿Georg, Bill?- pregunté extrañada y algo asombrada.

-¿No estás feliz de vernos? Que decepción.

Los dos chicos se encontraban parados al frente de mí habitación de hotel sin invitación alguna. Simplemente aparecieron ahí, y como no tenía nada mejor que hacer, los hice pasar.

-No... No, lo siento. Pasen.- Los dos entraron y se quedaron parados observando todo el lugar.

-Y yo que creía que tenía buen gusto...- Habló Bill.

-¿Se puede saber la razón de su inesperada visita?- Dije seguido de una pequeña risa.

-Solo queríamos pasar a verte, tuvimos que obligar al guardia a decirnos tu número de habitación ya que no lo sabíamos.- Dijo Georg con un tono muy tranquilo

-¡¿Que hicieron qué?!- Pegué un pequeño grito, me podrían haber preguntado en vez de amenazar al pobre guardia que solo hacía su trabajo.

-No te preocupes, no terminamos en malos términos.- Exclamó el pelinegro, levantando sus hombros en señal de despreocupación.

-¡Que bueno! Me quedo tranquila al saber que mis amigos amenazaron al guardia para saber en qué habitación me estaba alojando.- Dije con un tono notablemente sarcástico.

-¿Tienes comida en el refrigerador?- Preguntó Georg, cambiando epicamente el tema de conversación.

-Si, debe de haber algo por ahí.- Le informé y el fue corriendo hasta la cocina.

Pude observar el rostro de Bill, que estaba completamente limpio, sin ningún rastro de maquillaje. Sus facciones eran tan delicadas pero fuertes al mismo tiempo. Y ¡Wow! Ahora si que parecían gemelos los Kaulitz. Sin maquillaje era un retrato exacto de Tom, si no fuera por qué sus vibras eran totalmente diferentes, uno fácilmente podría confundirlos.

-¡Que lindo micrófono!- La voz del pelinegro me bajo de la luna. El chico se aproximaba al micrófono que tenía en la sala, junto a un cuaderno con algunas letras que había compuesto. En cuánto vio el cuaderno de agachó para tomarlo entre sus manos.

-¡Suelta eso Bill!- Grité, no quería que leyeran las canciones que había estado escribiendo, eran... cómo decirlo... muy malas, y mas para una banda tan prestigiosa como Tokio Hotel.

-¿Por qué? ¿Que tienes aquí?

-Solo sueltalo.- El chico abrió el cuaderno y pudo divisar a simple vista que eran el letras de canciones.

-¿También compones? Estas llena de sorpresas.

-¡Dije que lo sueltes Bill!

-No.

-Si.

-No.

-¡Bill!- camine con rapidez hacia el para poder arrebatarle el cuaderno de las manos, pero por la gran diferencia de altura entre nosotros, no pude alcanzarlo.

-Solo déjame leer, no me voy a burlar.- Justo en ese momento Georg apareció con las manos llenas de comida, mirando la escena con una rostro extrañado.

𝐀𝐋𝐋 𝐈 𝐖𝐀𝐍𝐓 𝐈𝐒 𝐘𝐎𝐔,  tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora