Capítulo 1: Recuerdos del pasado

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Yeniffer

Joder, amo mi trabajo, pero estas estúpidas modelos quieren hacer lo que les da la gana, no estoy para perder mi tiempo en algo qué ellas no quieren ayudar.

—Haz lo qué te indico, no lo qué tú quieras.— sé me está acabando la poca paciencia que tengo.

—¿Perdón? — aseveró ella —¿Tienes idea de quien soy? —pregunto de manera egocéntrica.

Dios dame paciencia.

—No y me importa una mierda si eres la hija del mismísimo presidente del país, es mi trabajó y en el tú no órdenas ¿Quedó claro? —le pregunté ya harta de la situación.

—A ver Candelaria hazle caso a ella, no estás para dar órdenes.— Nick la observa de arriba a abajo, ella lo observa con reproche.— A ver mejor por que no muestras lo que sabes hacer. —refuta mientras la mira enarcando una de sus cejas.

Ella refunfuña y obedece mis órdenes.

Nick es quién selecciona a las modelos, —en ocasiones me pide ayuda— es muy exigente sin contar que es gay y de nada le sirve que ellas tengan una cara bonita, sino el potencial que tengan, por eso lo considero el mejor en esto. Aunque también gracias a él conseguí el trabajo, lo conozco desde hace unos meses, es muy conversador, y ni hablar de su no disimulada forma de criticar el glamour de alguien que ve en la calle. Es tan directo a veces que no le importa meterse en problemas.

Él es Nick siendo Nick.

Luego de una hora logró tomarle una que otra foto a la modelo de nombre raro, ¿Me pregunto que estaba pensando los padres cuando decidieron ponerle el nombre?

Le dejé las fotos a Nick ya había terminado por hoy, había quedado con Alejandra que saldríamos a cenar a algún lugar para olvidarnos un poco del estrés.

Hace dos días la había despedido de su trabajo, me dijo que no tenía idea del porqué del despido tan repentino, así que envió su currículum a algunas de las empresas que eran de arquitectos. Pero aún no tenía respuesta alguna hasta el momento.

Conduje hasta el sitio acordado, luego de unos minutos llegué, aparque el coche y entre al sitio de comidas rápidas donde ella se encontraba sentada en una de las mesas que estaba al lado de los grandes ventanales.

Acelere el paso.—Aleja. —llame su atención apenas entre al lugar y la divise, sonríe al verme lo cual tambien hago, al levantarse y nos abrazamos.

—¿Como está mi perra favorita?— pregunta mientras sonríe divertida, tenemos la costumbre de saludarnos así sin importar dónde estemos.

—Perfectamente por qué ya estoy contigo. —suspiró por que es cierto, ya extrañaba escuchar sus habladurías y demás

—Problemas con las modelos de nuevo. —afirma, asiento porque es cierto; sabe cuando algo pasa en mi trabajo le hablo absolutamente de todo y ellas me escucha sin problemas.

Un joven camarero se nos a pedir nuestra orden, le hechamos un vistazo a la carta para después ambas pedir lo mismo.

—Yeni cuéntame, ¿ya tienes o consegiste algún nuevo pretendiente? —niego, es cierto que ya llevo mucho tiempo soltera pero aun no he encontrado, ese hombre que me mueva el piso.

Como dicen por ahí.

—Quien habla, a veces pienso que terminarás siendo monja.

—¿Por qué?— pregunta.

—A ver cariño, que recuerde tuviste un solo novio y eso fue cuando tenía 19 años, aparte de eso dudaron unos cinco meses y se que nunca tuvieron sexo porque no te sentías cómoda con él—aseveró por que tengo toda la razón, ella se sonroja un poco así que continuo. —Podría jurar que eres mas virgen que el aceite de Oliva, necesitas follar, buscate un novio.

Después De Esa Noche²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora