Capítulo 16: Intrigante respuesta

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Yeniffer

—¿Entonces, que te dijo? —pregunto entre risas tras ver la cara que pone, lo observo acomodar mejor el teléfono antes de responder.

—Me dijo que ya lo sabía, que no había problema. —explica. —Te juro que cuando me pregunto, acerca de la noche que tuvimos sexo, casi se me sale el alma del cuerpo. Me puse nervioso, no sabía que hacer de tantas preguntas nunca me imagine algo así. —me río fuerte y él niega sonriendo. —No te burles. —agrega.

—No lo hago, es que enserió se que Alejandra es imprudente. Pero jamas pensé que te preguntaría algo a ti, yo le conté un poco pero ella no quiso más explicaciones. —encojo los hombros.

—¿Y cómo. Si te estabas desviando del tema? ¿Es que acaso era necesario darle detalles, de sobre colo tengo el pene?

—Yo no le oculto nada, y ella sabe que soy muy abierta con ella. A veces si se sorprende, pero lo entiende. Además a ella no le gusta mucho eso de hablar sobre cuerpos desnudos, y sobre el sexo; le da vergüenza. —le explicó.

—Pues se le quitara algún día. —asiento de acuerdo.

—Esa debe tener la mente dañada. Igual o peor que la mía, en fin las dos nos entendemos. Yo lamento que mi mejor amiga, te haya puesto en esa incomoda situación. —agregó de forma sincera lo último.

Él sonríe mientras niega: —Me agradeció por eso, es más me dijo que enserió necesitaba un polvo ¡pero urgente! Así que después de todo no fue tan malo sabes, es divertida y me agrada mucho. —desvío la mirada unos segundos para volver a verlo.

¡Volviste hacerlo Alejandra!

—Pues... en algo tenia la razón. ¿Te parece si seguimos hablando mañana? Es que tengo que levantarme temprano... y bueno ya son casi las dos de la mañana. —le digo al observar el reloj de pared.

—Está bien, adiós Yen.

Sonrió: —Adiós Felipe.

Cuelgo la llamada, y sonrió mientras me dejo caer de espaldas en la cama.

Se que posiblemente no sea mucho, pero estas semanas han sido geniales. En especial por que Felipe es muy atento conmigo, y yo también lo soy.

Por lo general a veces compartimos el almuerzo, mientras hablamos de temas triviales algo que no gusta hacer muy amenudo. Es emotivo saber las emociones que él provoca en mí cada vez que nos vemos, también su atención y como no pierde detalle de cada cosa que le digo.

Sin duda no me equivoque cuándo decidí que pasará lo que pasará, arriesgaría todo por nosotros dos.

A veces las cosas no salen bien, pero tengo el presentimiento de que así será, saldrá todo bien.

* * * *

—¡Me muero de hambre, mujer! —la  exclamación de Alejandra me hace sobre saltar.

—Se nota, cariño. Siéntate, el desayuno ya esta listo. —ella hace lo que le indico y dejo el plano frente a ella.

—Gracias corazón. —me lanza un beso y sonrió.

—De nada, a ambas nos gusta cocinar, y está semana es la mía. —encojo los hombros. —Oye.

—¿Mmm?

—¿Por qué colocaste al pobre Felipe nervioso?

Ella ríe antes de hablar: —Vaya, que rápido corre el chisme. Dile a esa vieja chismosa que se las verá conmigo hoy, además solo quería ver su reacción. —vuelve a reír. —Me dio pesar, se le fue el alma del cuerpo. —reconoce.

Después De Esa Noche²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora