Capítulo 20: Arrechito hermoso

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Felipe

Dejo la maleta al lado de la cama antes de retirar por completo mis zapatos, luego estar tres días más con mis padres y hermanos decidí que era tiempo de regresar, por suerte mi hermana se estaba recuperando con rapidez y no tenía nada de que preocuparme.

Yeniffer compartió tiempo con ellos, y he de decir que mis padres quedaron más que encantados con ella, y ni hablar de mis hermanos.

Además no puedo descuidar mi trabajo y dejárselo todo a mi mejor amigo, se que el no me pondrá problemas por ello pero no puedo aprovecharme de eso.

Él es quien se encarga de lo más importante de la empresa, pero debo estar ahí para él, no niego que extraño joderle la existencia.

Me dejó caer a la cama y suelto un gran suspiro, a pesar de que los asientos del avión con cómodos no implica que lo llegue cansado por no poder moverme de manera libre, tengo los músculos de mi trasero tensados.

Lo bueno de todo es que Yeniffer me hacía compañía, ya que al agendar el vuelo pedí asientos juntos. El trayecto fue divertido, por que ella siempre tiene algo nuevo e innovador por contar, o cuando no simplemente dice algo que me deja confundido por lo relativamente absurdo que puede sonar, me gusta por que es única y puedo divertirme con ella.

Mi regresó también se debe a que en un par de días Cameron y Alejandra tendrán que viajar a Italia por motivos de trabajó, me gustaría acompañarlo pero creo que es bueno para que tenga una buena cercanía con ella.

Es que yo se que aun que él lo niegue de vez en cuando ella... lo trae agarrado de las pelotas. Expresión que usa cuando no sabe ni como explicar lo que siente por ella, no es primera novia que tiene pero sí es la primera que le llama tanto la atención.

Y es que para que negarlo ambos ya estamos iguales, agarrados de las pelotas.

Me inclinó un poco hacia donde tengo la maleta y justo al lado de esta se encuentra mi teléfono, lo tomo y lo desbloqueo, al hacerlo me llega un mensaje de Yeniffer diciendo que ya ha llegado al apartamento.

Entro al chat de WhatsApp con intención de responderle, pero antes comenzar a escribir me entra una llamada de su parte, así que contesto mientras sonrío como pendejo.

—¡Hola papasito. ¿Por qué tan perdido, eh? —me río un poco fuerte al escucharla.

—¿Perdido yo? Pero hace apenas unos minutos que nos vimos por última vez. —le recuerdo y escucho un bufido de su parte.

—¿Y qué? Aún así ya te extraño. —su voz es baja, pero aún así logro escucharla.

—Sí quieres puedes venir a mi casa, te recibo encantado. —le sugiero.

—¿Enserió me invitas? —cuestiona con voz melodiosa.

—¿Por qué no lo haría? Además yo también... te extraño. —admito y escucho una risa de su parte.

—Bien. Entonces le diré Alejandra que iré a verte, aunque ella no sabe aun no sabe que renuncié a mi trabajo. —me recuerda.

—Tampoco es como que puedas ocultarlo por siempre, en algún momento tendrás que decírselo.

—Y lo sé. Pero no será ahora, dentro de poco estaré allá. Te aviso que tengo hambre y quiero comer algo rico.

—¿Y qué quieres comer? —le preguntó con total interés.

—Sí eres tú, créeme que no me niego. —ella suelta una carcajada al ver que no le respondo, a veces me asombro por lo espontánea que puede llegar hacer.

Después De Esa Noche²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora