Capítulos 9: ¡Mira por donde conduces!

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Yeniffer

Como todas las vacaciones o como todo buen momento, todo tiene que llegar a su fin. Y nuestras mini vacaciones ya lo hicieron, ambas debemos volver al trabajo así que no nos queda nada más que despedirnos de las personas que tanto queremos y amamos.

Los extrañaré un montón, ambas lo haremos y ellos también lo harán con nosotras. Adoro mis padres son las personas muy dulces, comprensivas.

Rompemos nuestro abrazo grupal, sonreímos un poco tristes, sabemos que no es el final pero nadie ha dicho que las despedidas son buenas, y no creo que haya alguien que algún día los diga.

—Volveremos a verlos, igual saben que cualquier cosa estamos a una llamada de distancia. — les recuerda Alejandra con una sonrisa.

—Espero que cuando volvamos a ver nos, sea para decirme que ya soy abuela.

Mi madre sonríe de oreja a oreja y mi padre la acompaña, con Alejandra nos miramos antes de volver la vista nuevamente a ellos.

—Creo que se están apurando, van demasiado rápido ¿No creen? —respondemos al unísono.

Mi madre niega, pero es mi padre quién habla:— Tal vez sea un poco apresurado, pero eso no evita que la posibilidad desista, es posible que pase meses antes de que volvamos a vernos, y eso ustedes muy bien lo saben

Ambas asentimos porque sabemos que tienen razón.

—Pero es posible que ninguna las dos tenga novio, hasta ese tiempo.

—¿Y ustedes creen que son adivinas o qué?, nadie sabe que pueda pasar en un tiempo determinado, y eso no está discusión.

—Bien como gusten, prometo llamar en cuanto lleguemos.

—Bien esperamos su llamada, que tengan un buen viaje,

—Gracias espero que se diviertan ustedes, hasta pronto.

****

Hoy como cada día que voy para el trabajo, me levanté temprano como lo hago todas las mañanas. Me di una relajante ducha que necesitaba, porque hacía demasiado calor. Eso sin olvidar que me encanta ducharme mientras escucho música, es lo mejor de lo mejor.

Mi ducha por lo general dura alrededor de quince a veinte minutos, porque cuando escucho música el tiempo se pasa volando. Y eso fue lo que me sucedió y no es raro que me pases casi siempre, y ni hablar de mis shows en privado.

Mi vestimenta consistía en un vestido negro ajustado, de mangas cortas el guapo me llegaba a medio muslo. Me coloqué unos tenis blancos de suela alta, lo que me permitía verme más alta. Aunque la verdad yo no era muy baja, Alejandra mide un metro con setenta y cuatro y yo... bueno yo mido un metro con sesenta y cinco.

No juzgo mi estatura, la que en ocasiones me molesta es mi mejor amiga, yo la ignoró.

Termino de peinar mi cabello que es lo único que me falta, una vez conforme con el resultado tomo mi bolso junto a mi teléfono y salgo de mi habitación cerrando la puerta.

Unos pasos más adelante me detuve frente a la habitación de Alejandra, abriendo la puerta, asomó un poco mi cabeza y esta se estaba vistiendo.

—Hola, buenos días. —le sonrió y ella hace lo mismo.

—Buenos días, ¿ya te vas? —asiento y está bufa. —Bien por ti, yo esperaré un rato más, te deseo mucha suerte hoy. —asevera mientras me abraza.

Sonrió y le devuelvo el abrazo.—Gracias linda, que te vaya bien.

—Sí ves algún papasote ideal, toma cartas en el asiento y no lo dejes perder. ¿Entendido?

Después De Esa Noche²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora