Capítulo 25

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Oigan ustedes son una cosa bárbara, miren que llenarme como de 200 notificaciones... ¡Los amo con todo mi ser!🥰🥰

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Velika

—Yo no he dicho eso —refuta Nick cuando lo molesto nuevamente con lo que había dicho en medio de su fiebre hace un par de semanas.

—Claro, señor yo siempre estoy ardiendo —me burlo abiertamente, haciendo que frunza el ceño y ponga cara de enfado fingido—. Oh, Nick bebé se ha enfadado.

Rápidamente quita su cara de enfado y la reemplaza por una de: "Querida, estás totalmente loca".

—Deje la burla, señorita Mancini —me regaña, pero no puedo hablar, puesto que el ataque de risa que me ha dado por sus expresiones no me deja.

—No puedo —digo ahogada, ya me duele mi abdomen.

—En la próxima lección te bajaré un punto —dice con cara seria, a lo cual me rio todavía más fuerte.

—No mezcle lo personal con el trabajo, profesor —respondo, tomo su cara entre mis manos y le doy un beso, ganándome una sonrisa suya—. Y después yo soy la niña.

—Lo eres —afirma, como si en verdad lo pensase—. Y así te quiero.

Pego un grito por esas palabras, pues sus "te quiero" son pocos y los siento tan sinceros que no puedo evitar derretirme.

—Mi cursi profesor —digo con una sonrisa.

—Ya no te digo nada —refunfuña, quiere alejarse, pero no lo dejo—. ¿En qué la puedo ayudar?

—En muchas cosas —susurro, dejándome caer sobre él a horcajadas.

Mi celular empieza a sonar, no quiero contestar, pero tanta insistencia termina haciendo que ceda.

—¿Qué? —contesto, de muy mala gana.

—¿Qué es esa manera de contestarle a tu padre? —preguntan con desdén al otro lado de la línea.

Se me van todos los ánimos de jugar con Nick, me siento derecha en el sofá de su apartamento y doy un suspiro largo.

—Perdón, papá —respondo—. ¿Qué ha pasado?

—Pasa que vengo de visita a la casa de tu abuela y no te encuentro aquí —reprocha—. ¿Se puede saber en dónde estás?

Doy una mirada rápida a mi profesor y lo veo con cara de pocos amigos.

—Estoy con mi novio —respondo, siendo sincera esta vez—, hablamos en casa, ya voy para allá.

No dejo que responda y corto la llamada.

—Me tengo que ir —le digo con una mueca en mis labios, él sabe más que nadie que las cosas con papá no han mejorado mucho que digamos.

El que me siga insistiendo en que debo irme a vivir con ellos porque son mis padres y ese es mi lugar no es algo que me tenga muy tranquila. Aparte de eso el que Iván y Brisa hayan estado tan quietos no me inspira confianza, por otra parte, el asunto con Nika ha empeorado más, ya ni nos hablamos y Kyle tomó la decisión de terminar con ella, pues me contó que había adoptado un comportamiento nada bonito desde lo que vio.

—¿Qué ha pasado? —pregunta con un tono entre preocupación y, según yo, enfado.

—Debo ir a casa, mis padres están allí —respondo, él no dice nada, solo me lleva hacia sí mismo y besa mi frente.

—Entiendo, cualquier cosa sabes que puedes llamarme o venir —susurra, asiento con mi cabeza y me levanto—. Te llevo.

No me niego, entrelaza nuestras manos y salimos de su departamento rumbo a su auto.

Forbidden Love ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora