Capítulo 11

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Aproximadamente una semana después de que Draco tuviese su trascendental revelación, Harry también tuvo la suya.

La Navidad con los Weasley había sido maravillosa. La mayor parte de la familia había estado presente en las fiestas, con las notables excepciones de Percy, quien no fue ni mencionado; y de Bill, que no había podido dejar su trabajo pero había prometido llegar para el Año Nuevo. Ver a los gemelos otra vez había sido divertido y Harry no pudo evitar desear que todavía siguieran en Hogwarts.

Los días de vacaciones transcurrían más rápido de lo que a Harry le hubiera gustado, pero la víspera de Año Nuevo se alegró mucho de volver a ver a Hermione.

También estuvo feliz de ver de nuevo a Bill, quien llegó con Fleur casi inmediatamente después de Hermione.

La revelación de Harry ocurrió en algún momento durante la cena, aunque en realidad no debería ni haberse sorprendido ante ella. Bill siempre le había caído bien desde que lo había conocido antes de iniciar su cuarto año. Había sido un gran alivio haberlo tenido a él y a la señora Weasley apoyándolo durante la tercera prueba realizada aquel año. ¿Y no era verdad que cuando lo conoció, la primera palabra que había cruzado por su mente había sido guay? Harry pensaba en eso mientras bebía de su copa. No pudo quitarle los ojos de encima durante la cena completa hasta que finalmente, a la hora del postre, se le ocurrió que la manera en que observaba a Bill era la misma que Hermione utilizaba. Y ella tenía en los ojos el mismo brillo que Ron, quien no cesaba de obsequiarle largas miradas a Fleur.

De pronto, Harry se ahogó como si su jugo de calabaza se le hubiera ido por otro lado y sus dos amigos anteriormente mencionados empezaron a golpearlo en la espalda para que pudiera respirar de nuevo.

-Harry; ¿qué fue lo que te pasó? –le preguntó Hermione más tarde, cuando ella, Ron y Harry estaban sentados en la recámara del pelirrojo. -Todavía parece como si hubieras visto un fantasma o algo así.

-Harry ve fantasmas todo el tiempo. ¿Qué tiene eso que ver? –preguntó Ron confundido. Hermione jadeó enfadada y rodó los ojos.

-Es una frase muggle –dijo zanjando la cuestión y concentrándose en Harry. –Harry, ¿qué es lo que pasa?

Sentado en la cama con una expresión de pasmo en la cara, a Harry le llevó algunos segundos responder. Pero al final lo escupió: -Soy gay –dijo en una voz un tanto aterrorizada. Hermione y Ron permanecieron sentados y en silencio, esperando ansiosamente por más, pero al ver que ninguna explicación llegaba, se miraron el uno al otro.

-Um, Harry –dijo Ron lentamente. –Lo sabíamos. Ya nos lo habías dicho.

-No –Harry negó ligeramente con la cabeza, -no, quiero decir que realmente soy gay. No sólo… sólo… ¿Cómo lo habías dicho, Ron?. ¿Malfoy-sexual? –Hermione bufó y Ron sonrió.

-Sí, así dije. Espera… ¿Quieres decir que…? –su voz fue disminuyendo hasta desaparecer. Miraba fijamente a Harry, quien asintió lentamente.

-Me… me gustan los chicos… en general –declaró suavemente. –O al menos eso es lo que creo.

-¿Y cómo fue que se te ocurrió eso? –preguntó Hermione, luciendo interesada. Harry parecía avergonzado y se rascaba torpemente la nuca.

-Bueno –empezó a decir, enfocándose en Hermione y evitando mirar hacia Ron. –Yo estaba… observando a… a Bill… y… -Hermione sonrió de inmediato.

-¿Es guapísimo, verdad? –dijo efusivamente. Harry se mordió el labio levemente, se sonrojó y asintió. Ron gimió.

-¡Argh, Harry! –lloriqueó, arrugando la nariz. – ¡Se supone que no tienes que encontrar atractivos a mis hermanos!

STARTS WITH A SPIN (traducción de Perla Negra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora