Harry estaba habituado a que la gente susurrara de él a sus espaldas. Había tenido su generosa ración de miradas reprobatorias y atisbos suspicaces a través de los años, desde los Hufflepuffs que pensaban que era el heredero de Slytherin hasta de su mejor amigo que creía que le había mentido. Cualquiera que fuera la razón, Harry estaba acostumbrado a que las personas lo rechazaran por ciertos períodos de tiempo.Aunque no estaba familiarizado a que los demás actuaran descaradamente en su contra.
-¡Oye, Potter! –gritó una voz desconocida cuando Harry iba camino a desayunar la mañana siguiente en compañía de sus compañeros Gryffindors. Se volteó para mirar por encima de su hombro y averiguar quien lo estaba llamando…
… y de inmediato terminó desparramado por el suelo cuando sus pies tropezaron con un hechizo zancadilla.
Todo pareció congelarse por un impactante segundo mientras que la misma voz decía entre dientes: -Maricón de mierda. –Y entonces los amigos de Harry se pusieron en acción.
Al instante, Seamus estuvo al lado de Harry y entre él y Dean lo ayudaron a sentarse. Hermione y Ron hicieron un reconocimiento alrededor con las varitas listas y antes de que Ron siquiera descubriera quién había conjurado el hechizo, Hermione estaba lanzándole a uno de los risueños chicos que estaban cerca, un mocomurciélago que habría hecho avergonzar a la mismísima Ginny.
-¡Hermione! –jadeó Ron, volteando la cabeza alternadamente entre el grupito de alumnos y su amiga. -¡Pero-noso-prefectos! –tartamudeó. Hermione lo ignoró, caminando airadamente hacia delante sin dejar de apuntar con su varita.
-Los amigos primero, las responsabilidades de prefecto después –murmuró, arrinconando a tres nerviosos Hufflepuffs.
-¡Espera, Hermione, todo está bien! –dijo Harry mientras se ponía sus anteojos de nuevo. La mano de Seamus estaba todavía posada en su hombro, pero repentinamente alguien se la retiró de encima y jaló a Harry hasta ponerlo de pie. Y Harry se encontró mirando unos tempestuosos ojos grises.
-¿Estás bien? –preguntó Draco bruscamente y apretando con fuerza la tela del hombro de Harry. Éste parpadeó ligeramente sorprendido y asintió. -¿Quién fue? –espetó Draco, girando la cabeza hacia los otros. –Lo vi caer. ¿Quién lo hechizó?
-Fue sólo un hechizo zancadilla –murmuró Harry, empezando a ruborizarse. –Nada peor de lo que tú me has hecho antes. –Draco lo ignoró.
-Fueron éstos tres, Draco –dijo Hermione con una voz inusitadamente dura. Continuaba apuntando su varita hacia los tres chicos. Los ojos de Draco los recorrieron fríamente y puso gesto de desprecio.
-Detención –soltó, estrujando la túnica de Harry aún más fuerte. –El viernes con Filch. Y yo mismo me aseguraré de que se presenten a cumplirla. Estén ahí a las siete.
-No podemos poner a nadie en detención, Malfoy –dijo Ron, mirando fija y curiosamente hacia el chico. Draco le dio una exasperada mirada.
-Te sugiero que aprendas a leer, Weasley. Realmente es una habilidad muy útil. Haz eso o permite que tu novia te lea en voz alta el manual de reglas porque los prefectos sí podemos, efectivamente, poner detenciones. –Ron miró a Hermione con perplejidad.
-¿De verdad podemos? –preguntó.
-Si –respondió Hermione cansinamente. –También podemos quitar puntos.
-Oh –parpadeó Ron. –Bueno, en ese caso, veinte puntos menos para Hufflepuff por atacar a un alumno.
-No fui atacado –resopló Harry, consiguiendo quitarse de encima la mano de Draco y sacudiéndose la túnica. –Estoy bien.
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STARTS WITH A SPIN (traducción de Perla Negra)
FanfictionTodo comenzó con el giro de una botella; y ahora, Harry y Draco se han sumergido tanto en su propio juego, que no hay ninguna manera de salir de él. Excepto seguir jugando. Historia de Maxxine transcurrida en el sexto año traducida por Perlita Negra...