CAPÍTULO 12.LA DOCTORA JEN.

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Emma
Todo era un descontrol. Los alumnos salían de sus cabañas. Todos salían con un mismo destino escrito en la frente. El lugar donde yacía el cuerpo de Isabella. Nosotras salimos y llegamos a tiempo para ver a Megan llorando al tiempo que se llevaban el cadáver de su amiga.
No me gustaría estar en su lugar. ¿Que haría yo sin Jen?
Esa noche, mientras escuchaba la lluvia caer fuera  estuve recordando los viejos tiempos, cuando Jen y yo éramos pequeñas.

Me quedé dormida bailando entre ideas, recuerdos y relámpagos.


★★★

Venga Jen déjame ser a mi la doctora.
Ella se cerraba en banda.
Yo, enfurruñada me senté en la cama. Siempre tenía que ser ella la doctora.
Yo llegaba con algo nuevo cada cinco minutos y decía "doctora jen me duele la barriguita" o "doctora Jen me he roto el pie" . Ella siempre me curaba y me daba una chuche por portarme bien. Eso era, quizá lo único que me gustaba de ser la enferma. Ella no podía comer chuches por que solo curaba.
Un día me dejó ser a mi la doctora pero sabía que no lo hacía igual de bien que ella.
Me dijo "doctora Emma tengo una pupita en la mano" yo le puse una tirita y le di una chuche. Más tarde, llegó con una nueva cosa. Esa vez le dolía la cabeza. Asique le puse otra tirita. En aquella época las tiritas lo arreglaban todo

★★★

Me desperté con el sol dándome en la cara.
Tras lo sucedido anoche el ambiente era denso. Todo el mundo estaba callado, nadie se atrevía a hablar. Megan estaba en su cabaña. No salía, en cierto modo me recordaba a Vick. Cada vez que pensaba en ella un escalofrío me recorría la espina dorsal. Todavía no me creía que no estuviera con nosotros. Que hubiera tantas que gente que no estaba con nosotros.
Jen y yo fuimos a desayunar junto con Lily, Margot y Jules. 
Hacía poco que Abigail había empezado a salir con Jeremiah. Desde entonces pasaba menos tiempo con nosotras.
Nos sentamos en una mesa y vimos a la gente pasar un poco alarmada. Nosotras, un poco desconcertadas pasamos entre la multitud que nos rodeaba.
Abigail llegó hasta nosotras con cara de preocupación.
—Chicas, ¿Habéis visto a Jere? Necesito verle, es urgente de verdad¿Sabéis dónde está?—soltó atropelladamente.
Nosotras negamos con la cabeza y antes de que pudiéramos preguntarle qué había pasado, se fue corriendo.

Entonces alguien lo gritó. Alguien gritó algo que hizo que me quedara estática. Jen, que estaba a mi lado me apretó la mano. Estaba muerto. Joseph había muerto.

★★★

Abigail consolaba a Jere. Su mejor amigo había muerto electrocutado.
Parece que un rayo le cayó encima.
No sabía que estaba pasando. ¿Por qué todo el mundo estaba muriendo?
Mi vida estaba consistiendo en ver sufrir a la gente.
Hecha un ovillo en mi cama, mientras lloraba, no sé muy bien porque, Jen entró en la cabaña. Se sentó a mi lado.
—¿Recuerdas cuando jugábamos a los médicos?— sollocé.
Ella asintió.
—Doctora Jen me duele el corazón.
Para ese entonces los ojos de Jen se tornaban vidriosos.
—Ojala te pudiera  poner  una tirita ahí.
Esa noche, sentada con Jen me di cuenta de que, los raspones que antes se presentaban en la rodilla, a esa edad pasan a estar en el corazón.

Donde Vive El Miedo //Carmen Pérez Y Blanca CastilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora