Donde Vive El Miedo //Carmen Pérez Y Blanca Castillo

CAPITULO 30. NOCHE TRAS NOCHE

Como Rhys había prometido, salimos en busca de Emma.
Tampoco podía estar muy lejos ¿No?
Avanzamos por el bosque y estuvimos a punto de dejarnos caer por el Vale de Kara, pero llevábamos ya varias horas caminando, estaba empezando a amanecer y yo sabia perfectamente que Rhys estaba cansado, aunque no se había quejado ni una sola vez, así que dimos media vuelta y pusimos rumbo al campamento.
Cuando llegamos, yo estaba triste, quería llorar pero las lágrimas nunca salieron, era esa clase de tristeza enfermiza, esa en la que no podía sentirme peor.
Todo el mundo lo noto, y Sophie se me acercó.
- Oye, Jenny¿Que pasa?¿Y Emma donde está?- Preguntó curiosa.
-Emma se ha ido...- Al decirlo se volvió más doloroso de lo que ya lo estaba siendo, se volvió real. Se habían llevado a mi mejor amiga, y lo más probable es que no la volviese a ver jamás.- Se la han llevado.
-¿Qué?¿A Emma?¿Cuando?- Cuestionó bastante curiosa, pero cuando se percató de mi cara, la cual reflejaba mi corazón hecho pedazos, rectificó- Oye, Jenny, lo siento, se que era tu mejor amiga- Pareció que iba a decir algo más, algo para lo que necesitaba tener aire suficiente- estabais muy unidas¿No?
La verdad no me esperaba eso, pensaba que iba a soltar alguna burrada o idea temeraria pero solo dijo eso.
O al menos eso pensé yo cuando al lanzarme para darle un abrazo le respondí:
- Si, lo estábamos, era mi mundo...
Y ella respondió en un susurro casi inaudible:
-Esta mañana te vi saliendo con Rhys, pero no sabía a qué, supongo que salisteis a buscarla ¿No?-preguntó, y tampoco me pareció extraño que nos hubiese visto, al fin y al cabo ella estaba en la cabaña de en frente.- Pues esta noche te quiero en el mismo lugar, en la puerta de su cabaña. A las 2am Iremos a buscarla, tú y yo, solas, sin nadie que nos impida pasar día y noche buscándola¿Entendido?
Asentí rápidamente mientras mi corazón se llenaba de esperanza. En ese momento, supe que Sophie no era una chica normal, era una chica que daría lo que fuera por los suyos y ese día me lo demostró.
-Que sepas que esto va a ser así todas las noches hasta que la encontremos, o hasta que no nos quede más bosque por recorrer- Aclaró. No me importaba en absoluto no dormir. No me importaba en absoluto irme del campamento. No me podía importar menos acabar con agujetas después de patearnos todo el bosque día tras día.
Después de estar todo el día con Sophie, me acosté en la cama de Emma, la litera de abajo. Ella le tenía pánico a la litera de arriba, cuando eramos pequeñas solía repetir:
"Prefiero que se me caiga el mundo encima a caerme yo con él"
Lloré, acaricié cada centímetro de las sábanas en busca de su rastro, de aquella colonia dulzona que ella solía usar, hasta quedarme dormida.

«Corría por el bosque, llovía, tenía las converse manchadas y los bajos del pantalón empapados, pero no me importaba, solo estaba centrada en la voz chillona que se escuchaba a lo lejos " Jen, por favor, soy tu amiga, por favor, ven, Jen..."
Era la voz de Emma llamándome a gritos, pidiendome ayuda, y cada segundo que pasaba la voz se escuchaba más desanimada, con menos fuerza. Los últimos minutos sentí que estaba usando sus últimas fuerzas para hacerlo, pero yo ya estaba cerca, casi podia verla, arrastrandose y luchando por sobrevivir, pero empezó a sonar un ruido estridente en el sueño que cada vez sonaba más intensamente...»

El despertador.
Emma estaba en ese bosque, no sabía ni dónde ni si estaba viva, pero allí estaba, y lo sentía, y no iba a parar hasta encontrarla.