4. Lan Zhan (2)

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Estuvo en la enfermería alrededor de 15 minutos después de que él chico llamado Wei Wu Xian le hiciera esa extraña confesión. ¿De que colmena de bichos raros había salido? Wang Ji era un chico que no le interesaba hacer o tener amigos.

Un maestro fue a la enfermería a verificar si estaba ahí, por suerte era uno de los docentes que comprendía muy bien su situación; un docente creyente de buda tenía que ser buena persona, eso es obvio para Wang Ji.

— Mira como te dejaron.

Paso sus manos limpiando el sudor en ellas y comenzó a tocar a Lan Wang Ji verificando si estaba lastimado, quería ver aunque fuera una mueca de dolor pero no recibió nada; solamente el clásico silencio de Wang Ji.

Wang Ji simplemente veía al suelo dejando que el docente tocará su cuerpo, no tenía sentido intentar detenerlo; si no podía hablar para pedir auxilio. ¿Cuál era el sentido de evitar que hiciera eso?

Wang Ji se tensó al sentir la gran mano del docente Jin, aunque este hombre le tenía paciencia y le trataba bien no era más que otra basura más del basurero; sentía asco tenerlo cerca pero no podía hacer nada o si quiera decir que le disgustaba.

— Oh querido, sin duda esta bien empaquetado.

La asquerosa voz aterciopelada llegó a sus oídos, su mano había llegado a su entrepierna y empezado a desabotonar su pantalón negro, hoy era uno de esos días en los que deseaba que todo terminase rápido para llegar a su casa e ir a ver a su hermano.

El docente Jin Guang Shan trataba bien a Wang Ji solo por ser su lindo juguete inanimado con el cual recibir "placer", Wang Ji simplemente dejo que el maestro terminará para dirigirse a la siguiente clase, dónde el maestro le aborrecía.

¿Qué importaban si lo odiaban o favorecían? Eran el mismo tipo de basura pero de diferentes marcas, ambos le asfixiaban de una u otra forma.

Pero hoy fue un poco diferente, apareció un chico raro alegando ser cercano a él. "A partir de hoy seré tu amigo"

Quizás era un poco absurdo para él pero no intento buscarle 5 patas al gato, a fin de cuenta; pronto se cansaría y se iría porque él era así: alguien aburrido e inútil.

— Llega tarde, señorito Lan.

Wang Ji hizo una reverencia en disculpa y fue a su asiento, el último de la fila cercana al ventanal.
Cómo siempre, veía por la ventana en lo que terminaba la última clase y poder volver a su casa y olvidar todo lo que pasó hoy.

En la cancha del instituto había un chico moviendo sus brazos como si en cualquier momento fuera a despegar en vuelo, sus ojos dorados se encontraron con los del chico Wei; una sonrisa de oreja a oreja le fue dada por el otro chico.

Lo ignoró y poso su vista sobre la pizarra, odia está clase en particular; la clase de ética, moral y educación.

Lo que carecía su instituto de porquería.

[...]

— Bienvenido señorito Lan.

Su nana le dió la bienvenida y el asintió en respuesta, le informo que sus padres salieron y su hermano le esperaba en el comedor para comer con él; Wang Ji fue hacia el comedor y vio a su hermano con un chico raro de sonrisa extraña a su parecer.

— Wang Ji, estás aquí.

Xi Chen se levantó y abrazo a su hermano, Wang Ji se tensó ante el contacto físico pero luego de unos segundos se relajo de forma natural; su hermano no le haría nada, siempre velaba por su bienestar.

Cuando Xi Chen se alejó, Wang Ji vio al extraño por segunda vez; una marca roja en la frente, el invitado se levantó e hizo una revencia y un saludo que no tuvo respuesta.

— Ven, comamos, de seguro tienes hambre.

Xi Chen sintió algo raro con su hermano al momento de abrazarlo, pero no era momento de hacer preguntas ya que tenía un invitado al cual atender.

— Wang Ji, te presento al hijo mayor de tu docente, el es Jin Guang Yao.

Wang Ji quien estaba por dar un bocado a su comida, dejo caer el tenedor sobre el plato perdiendo el apetito por completo.

La sonrisa cínica de Jin Guang Yao le dio a entender que estaba al tanto de lo que su asqueroso padre hacia, de su mochila saco un cuaderno y escribió algo para mostrarlo a su hermano.

No tengo apetito.

Se levantó y se fué a su habitación, de la nada se sintió sucio; estaba asqueado de su propio cuerpo, sentía las manos del docente Jin sobre él tocando sus partes, tocando cualquier parte y Wang Ji no podía hacer nada.

Odiaba esa vida, odiaba todo lo que le rodeaba, odiaba ser un inútil engendro que solamente existía para estorbar; entro a su cuarto y comenzó a quitarse la ropa para ir a la ducha.

Necesitaba lavar su piel, necesitaba arrancar esa suciedad que comía su piel; simplemente quería dejar de sentirse sucio.

Bajo la ducha, el agua se deslizaba por su cuerpo, la agonía en su pecho lo ahogaba, el oxígeno no llegaba a sus pulmones y un fuerte nudo apareció en su garganta.

En la soledad de su habitación y en la humedad del baño se rompió, el pequeño segundo joven maestro lloró lleno de resentimiento, tristeza y frustración.

Si tan solo alguien lo sacase de ese infierno, si tan solo alguien se apiadará de él; sería maravilloso.

Pero sabía que eso era demasiado pedir para alguien como él.

Amor En Pocas PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora