10. Lan Zhan (5)

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Había sido enviado al salón de castigo, dónde generalmente envían a los que causan problemas, hoy era uno de esos días dónde todo iba bien, Xue Yang no fue al instituto por lo que hoy podrá darse un día libre después de tanta paliza durante 2 años seguidos; se sentó en la silla colocando los auriculares en su oídos, se recostó en el escritorio y cerro los ojos.

Se había esforzado tanto por sacar buena nota en todas las materias en cada parcial pero los docentes siempre encontraban excusas para bajarle su excelente puntaje, se había acostumbrado tanto que incluso empezó a creer que era un inutil incompetente.

Su padre y su madrastra habían muerte en el tiroteo en su casa, le agradeció a su madrastra por haberlo encerrado en el sótano y le agradeció a Dios por haber hecho que su hermano saliese durante todo el día en una reunión de trabajo, se sintió triste porque ese día también perdió a su nana; el único recuerdo viviente que tenía de su difunta madre.

Poco a poco fue quedándose dormido en aquel salón donde no había nadie y eso le generaba confianza.

[...]

Sus ojos se fueron abriendo lentamente percibiendo tres personas delante de él, los traumas salieron a flote cuando se levantó de pronto y corrió hacia la esquina del salón, escondió su rostro entre sus piernas y empezó respirar lentamente para calmarse.

— Te ves apuesto cuando duermes, señorito Lan. — reconoció la voz del amigo de Wei Ying, Nie Huai Sang.

Supo por su hermano que el general Nie y el Ministro Jiang fueron los primeros en ir a auxiliar y ayudar en su búsqueda.

— Basta, no ves que lo asustas. — Jiang Cheng sonrió extendiendo su mano y él, un poco desconfiado la tomó.

Al levantarse hizo un reverencia y vio a Wei Ying, quien estaba serio observando todo mientras recargaba su mejilla en su mano; debía admitir que serio se veía un poco mejor, aunque para él siempre se veía bonito.

— Hanguang-Jun. — susurró Wei Ying extendiendo su mano para que se acercase a él.

Y así lo hizo, tomo su mano rápido y fue guiado lentamente hacia él, sus manos temblaban y su corazón estaba como loco sintiendo mil emociones que no entendía y por eso solo pudo sonrojarse.

Se sentía tímido bajo la mirada analítica de Wei Ying.

— Bésame.

Wang Ji vio a Jiang Cheng y a Huai Sang que al parecer estaban igual que él, congelados y sin saber que hacer.

Con rapidez beso el dorso de la mano de Wei Ying y fue a su asiento a esconder su rostro en su mochila. Ya no quería pasar vergüenza.

[...]

Su hermano lo recogió para llevarlo a casa y fueron al parque por un helado, ambos sentían más ligero el aire, más bonito los alrededores y sus corazones sobre todo, finalmente eran libres.

Wang Ji le hizo unas señas a su hermano queriendo decirle que quería ir al tobogán, Xi Chen asintió sosteniendo su helado mientras lo veía deslizarse con una gran sonrisa en su rostro, cada vez que veía sonreír a su hermano menor le recordaba a su madre.

— Wang Ji, ven aquí por favor.

El menor se acercó con una mini sonrisa y abrazo a su hermano, estaba feliz porque desde pequeño quiso ir al parque pero su padre nunca se lo permitió. Veía atento a su hermano mayor, le pidió sentarse a su lado y así lo hizo.

En ningún momento Wang Ji dejo de su mini sonreír. Xi Chen sentia una presión en el pecho al recordar que su hermano nunca sonrió despues de los 3 años, la misma edad en que dejo de hablar.

— Sabes que... Se acerca el aniversario de madre. — lo dijo con mucha suavidad notando el cambio de expresion de su hermano.

Wang Ji asintio, su sonrisa se esfumo y sus ojos se volvieron nostalgicos y llenos de tristeza. Como un niño que fue regañado por comer un dulce a escondidas, recordar el sabor dulce del caramelo y la tristeza de ya no tenerlo porque se le fue arrebatado.

— Se que el joven Wei ha estado intentando acercarse a tí. — Wang Ji volvio a asentir — El joven Wei no es un mala persona, es un buen candidato a ser tu amigo.

Wang Ji medito sus palabras y volvio asentir, a veces quisiera hablar libremente, dar su opinión y expresar todo lo que no ha podido decir desde su niñez.

"No hables Wang Ji, esa mujer es un monstruo... Mientras no digas nada estarás a salvo." Recordo lo que le dijo su madre la ultima vez que la vio con vida. ¿Comó olvidar la tristeza que sintio cuando su madre dejo este mundo, Xi Chen estuvo presente y fue testigo del dolor, tristeza e ira que les provoca la prematura muerte de su madre.

— Wang Ji. — su hermano lo sacó de sus pensamientos. — Se que llamaste al joven Wei. — se tensó.

Wang Ji cerró los ojos con fuerza y soltó un gran suspiro.

— Xi Chen... Yo... Lo siento. — desvió la mirada al suelo.

Esperando que su hermano diga algo, quizás lo regañe, le reproche o quizas le de un golpe, pero no hubo nada, ni una sola reacción o sonido.

— Xi Chen. — Levantó la vista y vio a su hermano tapando su rostro cubierto de lagrimas, se acerco a su hermano tratando de darle apoyo.

Xi Chen se abalanzo hacia el y lo abrazo, llorando en su hombro fue contemplado por su pequeño hermano.

— Xi Chen ¿No estas muy grande para llorar? — Wang Ji se burlo un poco de su hermano mayor.

El resto de la tarde fue tranquila.

[...]

Wang Ji parpadeo confundido ante lo que tenia delante de él, por lo menos, trata de entender porque Wei Ying le dio un ramo de rosas, sabia que eran caras y bonitas; lo que no sabía procesar su cerebro era el porque se las dio a él.

— Para tí. — le dio el ramo y luego una caja de chocolates. 

Confundido las tomó, por unos segundo veia a Wei Ying y a las rosas y reversa. Agarro una rosa con cuidado y se la entregó a el en completo silencio.

Las burlas por parte de Nie Huai Sang y Jiang Cheng no se hicieron esperar.

— ¡Aquí hay amooooooor! — gritaron los os haciendo corazones con sus manos.

Wang Ji parpadeo y acerco las rosas a su rostro para esconder una sutil sonrisa, agradecio con una reverencia a Wei Ying y se marchó a su salón.

Una hermosa forma de empezar su mañana.

Amor En Pocas PalabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora