13. 𝘼𝙈𝙄𝙎𝙏𝘼𝘿

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Mientras limpiaba un poco los estantes de la tienda, Seungmin lo tomó de la manga de la sudadera, como era su costumbre, nunca le tomaba la mano o el hombro, siempre tomaba una pequeña parte de su manga.

—Hay algo que quiero mostrarte.

Él lo guió por la tienda mientras sostenía su sudadera, hasta que llegó a un pasillo que Chan no había visto antes, había una escalera que conectaba al techo. Seungmin subió por esta y abrió una escotilla que daba hacia el techo y de repente desapareció por allí, asomando la cabeza para hacer que Chan lo siguiera. No entendía nada pero así lo siguió, hasta que el vasto cielo de la tarde y la luz intensa le pegó directo a los ojos.

Una vez que estuvo allí con Seungmin, se dedicó a mirar a sus alrededores, había un sol terrible pero la vista era bastante impresionante. El menor se separó de su lado y caminó hasta la orilla para mirar, él lo siguió, parándose justo a su lado. Mientras Seungmin apreciaba la vista, Chan apreciaba verlo a él.

—¿Para qué querías que viera esto? —Inquirió, algo le decía que había razones ocultas.

Seungmin suspiró. —Encontré un contenedor de agua, de esos que puedes usar como una mini piscina, pero es muy pesado para que yo solo lo suba aquí.

—¿Subirlo aquí? ¿Para qué? —Seungmin empezó a caminar hasta el otro lado del techo, el que daba hacía la parte trasera de la tienda.

—¿No es obvio? Quiero hacer un jacuzzi improvisado.

En ese momento, Chan creyó que él jodidamente estaba bromeando, sonaba hasta ridículo y le había cortado su momento romántico –que tal vez él había imaginado en primer lugar–. Pero después de señalarle el lugar donde había dejado el contenedor, tuvo que ayudarlo a subir aquello al techo, sin embargo, Seungmin era bastante eficiente en lo que refería a armar todo y para el atardecer, ya tenían el contenedor listo y lleno de agua caliente.

Había un poco de frío, debía admitirlo, pero ni siquiera lo pensó dos veces a la hora de remojar su cuerpo ya tarde en el agua caliente. Seungmin a veces era un genio para todo, logró encontrar la forma de hacer que el agua caliente del boiler eléctrico en el techo llegara hasta el contenedor, tal vez vivir con personas tan eficientes le estaba empezando a gustar.

El sol estaba a penas comenzando a ocultarse, Chan ladeaba su cabeza de un lado a otro con felicidad, sus cabellos se revolvían por la brisa fresca del aire, mientras su cuerpo se relajaba debajo del agua. De repente, Seungmin asomó por la escotilla, él había dicho que iría a cambiarse, pero nada lo preparó para verlo con una camiseta blanca y shorts negros, lucía como un ángel comparado a cuando vestía como si compitiera con los hombres de negro.

Seungmin caminaba descalzo hasta el contenedor, rápidamente mientras se protegía de la brisa fresca, y luego entró, haciendo que el agua fácilmente le llegue al cuello una vez que estaba dentro.

Chan no podía dejar de mirarlo, cada día que pasaba estaba más embelesado con la existencia de ese pequeño ser de luz que había llegado a su vida, a veces se enojaba y peleaba con él, pero no podía enojarse de vuelta, no cuando el menor lucía tan adorable estando enojado por cosas triviales.

Seungmin estaba justo en frente de él, el contenedor tenía forma ovalada y ambos reposaban la espalda en los lados opuestos de este, pero el rubio era considerablemente más pequeño que él, y mientras Chan estiraba los brazos en las orillas, el contrario se encogía en posición fetal mientras jugaba con el agua.

—¿Qué tanto me miras? —Mencionó por fin Seungmin, Chan rió porque ya era costumbre ser sorprendido mirándolo, ya ni siquiera intentaba ocultarlo.

En parte, era porque ahora intentaba comprender que jodidamente le estaba pasando y qué era lo que realmente sentía por él, de alguna forma creía que el tiempo le aclararía la mente así que se dedicó a simplemente dejar surgir sus sentimientos.

De la A(mor) a la Z(ombies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora