—¿Qué idiota lanzó fuegos artificiales? —Susurró Chan, con un Seungmin medio adormilado a su lado, ambos veían por el cristal de la puerta incrédulos.
Chan estaba enojado, porque le habían arruinado su bonita noche durmiendo en la oficina con Seungmin. Pero a este no pareció importarle, solo agarró la manga de su sudadera y lo guió de nuevo hasta la oficina para seguir durmiendo.
—Ellos alertarán a los clanes de su ubicación. —Le dijo una vez que Seungmin cerró la puerta.
—Ellos son ellos, Chan. —El menor se tiró de nuevo a su colchón después de decir eso, y se acurrucó abrazando su manta.
Chan quería estar en el lugar de esa manta.
Cuando despertó a la mañana siguiente, Seungmin no estaba a su lado, y por alguna razón que desconocía, todo su sueño se esfumó al darse cuenta de ese detalle, se levantó como un revivido de las cajas y corrió en búsqueda del menor.
Soltó una respiración de alivio cuando vió su silueta parada justo frente a la entrada, su pequeño cuerpo aún tenía encima el pijama de pollitos.
—Min. —Lo llamó, haciendo que él brinque en su lugar, y luego lo mire con un rostro preocupado. Seungmin tenía en su mano de nuevo otra nota, y ahora de verdad quería saber qué era lo que le asustaba tanto de aquellas notas. —¿Qué es eso? —Dió zancadas para llegar rápido a donde Seungmin estaba.
Negó. —Nada, Chan.
Pero este no le importó, y encontró la forma de quitarle la nota, ganándose empujones del menor, este trataba de quitarle la nota pero sus cortos brazos y sus centímetros de diferencia de estatura no le dejaban.
Bajó la nota para leerla cuando recibió una patada en la pierna, soltó un quejido por el dolor pero a Seungmin solo le importó retirarle la nota, y lo vió destruirla en pedacitos para violentamente tirarla en el bote de basura cerca del mostrador.
—Te dije que no es nada. —Soltó enojado, caminando hasta regresar a la parte trasera de la tienda.
Ese mismo día, Seungmin nunca volvió a salir de la oficina. Chan sabía que algo le pasaba porque había permanecido en su pijama todo el día, acurrucado en su colchón, ni siquiera había salido para comer, así que al dar el medio día, el mayor fue quien se ocupó de llevarle ramen instantáneo, y algunas galletas de chocolate que había agarrado de la tienda. El rubio comió sin decir palabra alguna, ya no lucía como su adorable Min enérgico de siempre, y se sentía impotente por no saber qué le pasaba y cómo ayudarlo.
ESTÁS LEYENDO
De la A(mor) a la Z(ombies)
Fanfiction❝ La humanidad enfrenta una catástrofe mundial, personas de todas partes del mundo comenzaron a padecer síntomas de zombificación aparentemente de la nada. Unos cuantos jóvenes sobrevivientes tienen que enfrentarse a la realidad cruda en la que vive...