44. 𝙎𝙚𝙜𝙪𝙣𝙙𝙖 𝙚𝙩𝙖𝙥𝙖

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El mundo pasaba lento frente a sus ojos mientras los zombies se les acercaban. Chan se sentía paralizado, viendo a todos moverse en cámara lenta, y él incapaz de mover un solo dedo. El trance en sí mismo pareció terminar cuando Chaeryeong acabó con el primero, con un certero golpe en la cabeza que había logrado destrozarla.

El grupo era veloz, incluso Lia se aferraba a su sartén a la hora de golpearlos. Felix no usaba el lanzallamas, por lo visto se había quedado sin latas de combustible y su única arma era un punzón largo que había tomado de la misma tienda que Lia obtuvo su sartén, aún con aquella desventaja, no cedía en comparación.

Yeji estaba inquieta en su espalda, casi podía escucharla llorar. En realidad, la chica era bastante ágil para la cacería, pero en ese momento ella estaba muy débil, no podía caminar ni moverse, no se sentía bien y probablemente estaba consciente de su debilidad, sintiéndose como una carga.

Dió dos pasos hacia atrás cuando los zombies se hicieron más numerosos. Uno de estos logró escabullirse arrastrado y Chan tuvo que moverse hasta llegar arriba del escenario de la iglesia.

—¡Chaeryeong, ve con él! —Ordenó Ryujin, sin embargo, Chaeryeong parecía ocupada.

—¡No puedo! —Ambas chicas estaban rodeadas, y junto a Yuna, trataban de deshacerse de la mayor cantidad posible antes de que lleguen a Lia, se habían separado de a poco para acabar mejor con ellos.

—¡Yo iré! —Lia retrocedió junto a él, ambos trataban de avanzar lentamente. Chan miraba a todos lados impaciente y en algún momento comenzó a dictarle a la chica el lugar en donde debía atacar, él era ágil de vista, pero demasiado temeroso para actuar, tal vez, si su miedo no fuera tan dominante, sería el mejor luchador del grupo.

De un momento a otro, el cuerpo de Chan chocó con la mesa de piedra en el escenario de la iglesia, retrocedió hasta que encontró un espacio hueco dentro de la mesa viendo a la parte de detrás, y sin pensarlo mucho, hizo una señal a la chica que lo protegía antes de meterse dentro con Yeji.

Desgraciadamente para él, no había forma de tapar aquella mesa de piedra, pero era un buen escondite, las paredes detrás de él estaban cerradas y eran de mármol sólido, la única abertura estaba mirando al fondo de la iglesia y después de unos segundos pudo ver los pies de Lia luchando contra zombies frente a él.

No supo qué fue, pero en algún momento la chica cayó aterrorizada al piso, y luego entró con él, usando su sartén para protegerse mientras temblaba. Chan entró en pánico cuando unos pies se mostraron en su campo de visión, oyó a Lia chillar cuando lo que parecía ser un zombie comenzó a arrodillarse, sus oídos pitaban mientras los latidos de su corazón no le dejaban oír nada más, y todo parecía suceder en cámara lenta, no podía moverse, tampoco respirar.

Lia no hacía nada más que chillar mientras se aferraba a él como escudo. Pudo ver la sucia capa llena de vísceras y luego lo que debía ser el rostro de un zombie se mostró ante su campo de visión, pero él no podía verlo, la capucha de la capa tapaba su rostro y lo único que él lograba hacer era cubrir con su cuerpo el de la chica detrás de él.

La capucha se levantó ligeramente, y Chan cayó en cuenta por qué Lia había estado llorando.

—Se... —La voz no le salió, sin embargo, la figura llevó un dedo a propios labios, en un gesto para decirle que haga silencio.

—No llores Lia, estoy bien. —Los ojos de la chica se abrieron de par en par, dejando de llorar, confundida. —Lo siento por asustarlos, quédense aquí.

Chan quiso seguirlo, pero no lo hizo, tomó el brazo de Lia para pegarlo más a él, y de un momento a otro, la chica escondió el rostro a su pecho, sollozando un poco más antes de calmarse, balbuceando sobre lo asustada que había estado momentos antes.

De la A(mor) a la Z(ombies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora