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Aún recuerdo cuando los conocí por primera vez, nos conocimos en la escuela, recuerdo que yo era nueva allí y Bill fue el primero en presentarse, me enseñó la escuela y luego me hizo conocer a los demás chicos.

La verdad es que les caí bien, y debo de admitir de que nos hicimos buenos amigos en poco tiempo, ellos me explicaron lo de su banda y yo siempre fuí una gran fan de ellos.

Al paso de los años formé una relación con el pibón de Tom Kaulitz, no se cómo pero lo hize, y la verdad es que Tom es una persona increible.

Pero cuando su banda se hizo más famosa ellos tuvieron que alejarse de mí, y luego Tom rompió conmigo ya que el decía que no podía mantener una relación a distancia conmigo y que saldría mal.

—Tierra llamando a Emma, por dios te estoy hablando, ¿acaso estás drogada y no me escuchas o que?—Exclamó Hanna.

Sí, esa es mi mejor amiga, habíamos quedado en su casa hoy mismo y ya ni me acordaba.

—Mierda...Lo siento mucho es que me había quedado pensando en, bueno, ya sabes, sólo cosas sin sentido.—Le respondí.

—A ver, ya sé que Tom Kaulitz está bueno, pero tampoco cómo para olvidarte de mi existencia.—

—Pero que me estás contando, ¿enserio te crees que pensaba en el?—
Se nota que no se lo cree porque tiene una cara de incredulidad flipante.

—Mira, no me gusta que estés todo el día pensando en un chico que ya no vale la pena, así que hoy mismo te llevo a la discoteca.—

Ahora que lo dice no es tan mala idea...La verdad es que no me vendría mal ir de fiesta, debería de socializar más, y al menos ligar un poco que estoy bastante sola.

—Vale, pero más te vale llevarme a un buen sitio.—Le repliqué.

—Tu tranquila que conozco un lugar bastante popular en el que se está bastante bien, encima hay rumores de que se han visto a famosos por la zona.—

(***)

Llegamos a la discoteca y olía a alcohol a más no poder, habían personas besandose por algunos lugares, otros tomando alcohol, y bastantes personas bailando al ritmo de la musica.

—Guapa, lo siento si me voy, es que es mi deber buscar a algún alemán atractivo famoso ahora mismo, por favor no te pases con la bebida que luego te descontrolas.—

Después de que mi mejor amiga me dijo eso se fue perdiendo entre la multitud y yo me quedé sola pensando en lo que haría a continuación.

—Un poco de vodka no me dañará el sistema, ¿no?—Me susurré a mi misma.

Necesito beber algo de alcohol porque si no luego no me entran ni ganas de bailar, y tampoco es que me vaya a emborrachar.

(***)

Hablando de no emborracharme, ahora mismo estoy bailando con todas esas personas de antes, sin recordarme de que día es hoy pero al menos estoy despreocupada y feliz.

Estaba bailando y de repente noto unas manos posarse en mi cintura, me giré para ver si era alguno de los alemanes guapos que buscaba Hanna, pero con tan poca iluminación sólo ví la silueta de ese "hombre misterioso", que, por cierto, era bastante alto.

—Hola hermosa, ¿te gustaría acompañarme a un lugar más privado?—Me susurró a la oreja ese "hombre misterioso".

—Perdona, ¿te conozco?—

—Pues deberias preciosa, porque soy Tom Kaulitz.—

Después de escuchar ese nombre casi me desmayo, dios mío Hanna por favor ayudame que me caigo.

—Tom,¿eres tú?—

Creo que aún no me había reconocido así que no voy a dejar que sea yo la única sorprendida aquí.

—Soy Emma, Emma Meyer, ¿te acuerdas de mí?—

—Joder...—

《𝓔𝓵 𝓻𝓮𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸》Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora