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Tom se me acercó lentamente mientras observaba mis labios con lujuria.

Entonces me besó, joder...Hacía años que no probaba sus labios, me agarró de la cintura acercando nuestros cuerpos aún más.

El beso fue interrumpido por la falta de aire y él sólo me miraba expectante.

—Lo siento por el beso, pero hacía tiempo que te lo quería dar, aunque si quieres, te puedo ofrecer más que un beso.—Me dijo Tom.

Debo admitir que tener sexo con él es un deseo que tengo desde hace bastante tiempo, pero nunca he llegado a hacerlo y no creo que esté lista.

—Créeme, me ha encantado el beso, pero, yo...Yo nunca he tenido relaciones sexuales y no estoy del todo preparada para ello.—

Tom me vió totalmente sorprendido ante mi confesión, y se apenó rápidamente.

—Perdón Emma...Si quieres podemos hacer otra cosa,¿te apetece cenar en el restaurante de la última vez? Sólo nosotros dos estaremos.—Preguntó nerviosamente.

Madre de dios,¿Tom nervioso? Lo nunca visto, espera...Me acabo de dar cuenta de que quiere tener una cita conmigo, joder, ahora sí que me desmayo.

—Claro...Me parece perfecto.—Hablé con las mejillas más que sonrojadas.

Él se dió cuenta de ello y me dió una hermosa sonrisa que sólo demostraba felicidad.

(***)

Ya habíamos cenado, y la verdad es que es posiblemente la mejor cita que he tenido, Tom me ha contado muchas anécdotas que le sucedieron con la banda todos estos años.

—Voy a disculparme Emma, por todo lo que te dije...—Exclamó Tom repentinamente.

—No pasa nada Tom, eso ya es pasado.—

—Tengo que hacerlo, fuí bastante estupido al decirte todo eso, realmente creo que eres bellisima, todos tus rasgos físicos me encantan, y tienes unos ojos tan bellos en los que me tienes atrapado...—

Joder me estoy emocionando, no sabía que Tom era un poeta, sea lo que sea me enamora.

—Gracias, podría decir lo mismo de tí, creo que eres un hombre bellísimo.—

Pude ver cómo se sonrojó levemente,  agachó la cabeza para que no se notara pero ya era tarde.

Luego me volvió a mirar y me agarró suavemente de las manos.

—Emma, tengo que decirte algo...—

—Claro, dime,¿qué sucede?—Pregunté con suma curiosidad.

Se le notaba nervioso así que supongo que lo que me diría sería muy importante.

—Puedo...¿Puedo ser tu novio?—

Después de eso juro que casi salto de la silla y le beso hasta quedarnos sin aire adelante de todo el mundo en el restaurante.

Ni siquiera tenía que pensar la respuesta, lo siento pero soy así, joder, que me pida Tom Kaulitz que sea mi novio no es fácil de rechazar.

—¡Claro que sí!—Le respondí inmediatamente.

Él sólo sonreía y luego de eso compartimos un beso que demostraba lo mucho que nos amabamos.

(***)

Hanna

Estaba tranquilamente aún en casa de Emma y completamente aburrida, no sé donde coño está Emma ahora mismo la verdad, aunque espero que se esté follando a Tom de una vez por todas.

De repente escucho a alguien tocar el timbre, antes de abrir me miré en el espejo para ver si me veía bien, nunca se sabe si vas a encontrarte a un pibón, me observé atentamente y la verdad es que me siento linda.

Soy una chica de estatura promedio, tengo el pelo castaño bastante largo y liso, también tengo los ojos de un color marrón, en verdad soy una chica de otro país, especificamente latinoamericana  y por eso mi piel siempre lucía un tono moreno, aunque de lo que no me puedo quejar son de mis notorias curvas.

Me peiné un poco y por fín abrí la puerta, encontrandome a lo que me esperaba, un pibón de los buenos.

—Hola Hanna,¿Se encuentra Emma aquí?—Preguntó Bill.

A ver sé que dije que me gustaba Gustav pero es que me acuerdo de que existe Bill y se me pasa.

—Ahora mismo no, lo siento,¿te gustaría pasar?—Le pregunté amablemente y con un tono coqueto.

Lo siento pero esta es mí oportunidad, que se vaya a tomar por culo el actor porno.

—Claro, muchas gracias.—Respondió Bill sonriendo.

Le dejé pasar y se sentó en el sofá de el salón, joder, que bien que lo ordené todo esta mañana, porque no quería que me viera cómo una alcoholica con botellas en el suelo.

Me senté también a su lado, dios mío, de cerca está más bueno todavía.

—Bueno, dime,¿por qué buscabas a Emma?—Le pregunté para acabar con el silencio que había.

—Hoy ví lo que salió en las noticias  y quería ver si ella estaba bien, porque que inventen rumores sobre tí no es muy bonito.—

Creo que me estoy enamorando más, es muy empático y se preocupa por los demás, sólo toca luchar con las ganas que tengo de besarlo.

(***)

Pasaron horas ya desde que llegó y la verdad es que me he divertido mucho, Bill es un chico muy divertido y amable, y obviamente hermoso.

Cómo es lo que me encanta hacer, me acerqué más a él mientras "sin querer" le toqué la mano.

El se dió cuenta de lo que intentaba hacer y no se negó, dios mío que milagro.

Sin darme cuenta ya estabamos bastante cerca, hasta el punto en el que ya nos estabamos besándo, no me lo creo ni yo.

Dios mío, se sentía tan bien ese piercing que tiene en la lengua.

—Me encantas.—Le susurré interrumpiendo el beso.

Me senté encima de él y continué besándolo, sus manos tocaban todo mi cuerpo y me sentía en el cielo.

Me quité la camiseta que traía dejando ver el sujetador negro que llevaba.

—Eres hermosa.—Me dijo él.

Emma, por favor, ni se te ocurra venir a casa porque te mato.

Acto seguido Bill también se quitó la camiseta, dejandome ver su hermoso abdomen y ese tatuaje de una estrella que tanto deseaba ver.

Esta noche va a ser larga, no puedo esperar a contarselo a Emma.

Emma

Después de esa cita fuí a casa de Tom para pasar el rato, ya que obviamente quería seguir con él.

Entré a su casa y por fuera cómo por dentro era todo precioso, obviamente  no sólo la casa.

Nos fuimos a la terraza de arriba ya que ahí se estaba bien y daba el aire.

—Estoy muy feliz de que volvamos a ser pareja, no sabes cuanto extrañaba besarte.—Dijo para posteriormente darme un beso.

—Yo también extrañaba esto Tom, y ahora quiero experienciar cosas nuevas contigo.—

De repente Tom me acorraló en la barandilla de la terraza.

—Créeme, podemos experienciar cosas nuevas.—Me susurró en el oído.

Realmente sé a lo que se refería, y al saber que ahora somos pareja me hace repensar si hacerlo o no.

Después de pensarlo decidí no darle muchas vueltas al tema y le besé, obviamente respondiendo a su sugerencia.

El beso empezó a tornarse lujurioso, y se le notaba bastante ansioso por probarme.

Dios mío, no puedo esperar a contarselo a Hanna.

《𝓔𝓵 𝓻𝓮𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸》Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora