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Ya había pasado dos semanas desde la sesión fotográfica que me dió un trauma.

En todos estos días sí que quedé con los chicos, y bastantes veces, pero Tom nunca venía a las quedadas y me preocupaba un poco.

Pero hoy no debía de pensar en Tom, hoy debía de pensar en mí, y es lo que estoy haciendo, ahora mismo estoy de compras.

Ya que realmente tengo muy poca ropa y la que tengo o está vieja, está rota o me hace parecer vagabunda.

Estaba caminando por los pasillos de una tienda con ropa bastante bonita la verdad, y en el pasillo en el que me situaba habían camisetas parecidas a las que lleva Tom.

Realmente no sé cómo terminé en ese pasillo, pero ahí estoy, aunque admitamoslo...Estoy ahí porque me recuerda a Tom.

Aunque realmente me interesaban esas prendas, las camisetas grandes y holgadas siempre me agradaron.

—¿Emma?—Habló alguien desconocido a mis espaldas.

Bueno no tan desconocido la verdad, porque al girarme ví que era la maldita persona de la que estaba pensando antes.

—Tom,¿qué haces aquí? No te he visto estos días.—

—Bueno es que...Ha sucedido un imprevisto con Angela.—

Lo miré con curiosidad y miles de escenas pasaron por mí cabeza,¿y si está grave en el hospital? ¿Se ha ido de Alemania? ¿Ha muerto?

—¿Qué ha pasado? ¿Está bien?—Pregunté nerviosa ante la respuesta.

—Hemos terminado, se supone que ha encontrado a alguien mejor, y seguramente si que estará bien follandoselo.—

Dios mío, fuertes declaraciones, joder, seguro que es el camarero de la última vez.

Pensandolo bien...Tom Kaulitz está soltero, para nada una mala noticia si os soy honesta.

—Lo siento mucho Tommy de verdad, seguramente encontrarás a alguien mejor.—

Espero que ese alguien pueda ser yo, pero mejor no imaginar nada que cuando me ilusiono a veces termina mal.

—Gracias Emma, eres muy amable.—
Exclamó para luego darme un abrazo.

Pero no era un abrazo normal, ya que sus manos estaban posadas en la zona de mi espalda inferior, todo esto me da flashbacks a la sesión de la última vez, sólo que ahora no me está tocando el culo gracias a dios.

Este siempre que puede es coqueto con cualquier ser humano que tenga en frente suya.

—Bueno tengo que marcharme.—Ví que le echó un vistazo a las prendas que iba a comprar, para luego interrumpir el abrazo y decir lo siguiente.—Ya me gustaría verte con ese vestido.—Susurró lo último con una sonrisa coqueta en su cara.

Dios mío, este chico me tiene loca, aunque el vestido del que hablaba realmente si que era bonito, era uno rojo y corto bastante bonito, con un escote con forma de v y una apertura en la espalda que acababa unos pocos centímetros encima de mi trasero.

Luego de esa charla se fue de la tienda, repitiendo yo la misma acción obviamente pagando todo antes.

Y cuando estaba caminando alrededor de más tiendas, me encontré nuevamente a una persona conocida.

Joder, es Angela, al verme ella se acercó rápidamente, y luego me dí cuenta de que no estaba sola, le acompañaba el mismísimo camarero.

Ya está, soy oficialmente una adivina, tienen que darme un premio o algo.

—¡Emma! Que bien poder verte de nuevo, te presento a Isaak.—Señaló al chico que tenía de acompañante.

—Un gusto conocerte Isaak.—Dije dandole un apretón de manos que fue aceptado, prácticamente gracias a él Tom está soltero.

—Igualmente Emma.—

Este chico tenía una buena voz, pero la de Tom era obviamente mejor, al menos para mí.

—Si aún no lo sabías, rompí con Tom y ahora estoy saliendo con él.—Confesó mientras abrazaba el brazo de Isaak posando su cabeza en el hombro de el chico.

—Wow,¿ es enserio? No me lo esperaba.—Tenía que sacar mis dotes de actuación ya que no podía decir que me acabo de encontrar a su ex algunas tiendas pasadas.

—Sí, bueno te dejamos comprar tranquilamente, adiós.—Y después de que Angela me haya dicho eso, se fue sin dejarme despedirme.

Parece que tan ángel ya no es quizás, pero no me voy a entrometer.

(***)

Llegué a casa después de las compras y esos dos reencuentros que tuve hace ya bastantes horas.

Guardé todas las prendas y me dirijí hacia el salón donde se encontraba Hanna.

Ella estaba aquí porque decidimos que se quedaría a mi casa, y que por la noche sólo nos pondríamos ebrias a más no poder.

—Bueno tía, ya he comprado un poco de alcohol y he pedido una pizza que me estaba muriendo de hambre.—Me hizo saber Hanna que se encontraba viendo la saga de Crepúsculo.

No sé porque pero ella estaba bastante obsesionada con esa saga, yo ya la había aborrecido de tanto que le veía antes.

Escuché a alguien tocar el timbre, y antes de ir yo fue rápidamente Hanna.

—Ya abro yo, tú relajate.—Me dijo Hanna y le hice caso.

Mientras estaba sentada pude ver cómo Hanna estaba coqueteando al repartidor de pizza's, esta chica nunca cambia, encuentra a un ser humano que sea hombre y respire y ya lo está coqueteando.

Siempre le salía bien el coqueteo ya que Hanna es bastante atractiva y tiene una personalidad muy llamativa.

(***)

Ya nos habíamos acabado la pizza y empezamos a tomar el alcohol, yo, cómo ya se sabe, me descontrolo con el primer trago, así que no hace falta saber cómo estaba.

—Joder tía,¿le envío una foto en ropa interior a Tom? Hoy me he enterado de que terminó con Angela.—Le dije a Hanna que lo veía cómo una buena idea.

A ver, no hace falta saber que nos habíamos pasado con la bebida y que por poco me acordaba de mi nombre.

Luego de esa auto sugerencia que no era para nada buena, cómo chica ebria que soy, me quité la ropa quedando sólo en mi ropa interior negra y con el móvil en la mano para hacerme la foto.

Sin pensarlo se la envíe a Tom, y para empeorarlo le puse un mensaje diciendo "¿Te gusta lo que ves?".

—Ya veras cómo le va a gustar.—Afirmó Hanna que se encontraba tumbada y mareada por el alcohol en su sistema.

Madre mía, seguramente mañana me arrepentiría, pero bueno, ahora sólo tenía que divertirme supongo...

《𝓔𝓵 𝓻𝓮𝓮𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸》Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora