𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬 𝐚𝐝𝐮𝐥𝐭𝐨𝐬 (+𝟏𝟖)
Mientras se sumerge en una aventura con el villano de París, Marinette conocerá a su excéntrico jefe, Gabriel Agreste; un hombre con grandes secretos qué nunca deben salir a la luz.
Hasta darse cuenta de l...
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El portafolio de diseño es un testimonio tangible del talento y la creatividad del diseñador; Marinette hizo el suyo de una tela resistente, satinada con una textura firme y ligera color rosado.
En la portada su nombre que en esta ocasión no ha olvidado, usando letras grandes y audaces con una topografía moderna y estilizada. Midiendo aproximadamente 21 cm x 29.7 cm.
Sostiene su portafolio contra su pecho, todos están pasando a dejarlos en un carrito de bandeja para ser llevados y juzgados por el Sr. Agreste.
Tiene la mayor parte de la victoria asegurada, puede que igual al ver todos los trabajos cambie de opinión; piensa que no lo haría simplemente para molestarla. Hay algo más importante en su mente en aquel momento.
-Señorita Dupain-Cheng –La voz grumosa y alta del Sr. Gratien la devuelve a la realidad–, ¿Tenemos que ir personalmente a recogerlo?
-Lo siento. –Se disculpa levantándose de su asiento y corriendo hasta el carrito.
Planeaba mezclar el suyo pero la idea queda descartada ya que su portafolio es el único de extravagante color rosa, los demás varían de colores azul marino, café o incluso negro y la mayoría hechos de cuero sintético.
El tipo grande y fuerte que trabaja con el Sr Agreste, le da un par de vistazos, teme que la reconozca; por otro lado la asistente clava sus ojos más en ella, recordándola como la chica que tuvo que volver a emplear sin especificar el motivo del despido.
Ignorando sus crecientes dudas le señala al empleado que es momento de retirarse. Todos suspiran aliviados cuando desaparece por la entrada, como si el futuro de sus vidas fuera en cuatro ruedas.
-Ser asi de distraída no es normal. –Es el único comentario que arroja el Sr Gratien.
Volviendo a su lugar mientras unos festejan, otros hablan y algunos solo empiezan a comer ansias.
-Dime que colocaste tú nombre. –La voz de Julie la distrae.
-Lo hice, revise varias veces. –Contesta como un robot. Observa a su compañera y amiga, no sabe con exactitud cuánto tiempo tienen de conocerse.
Recuerda pequeños saludos al llegar, comentarios vagos durante el almuerzo, una que otra mirada durante la jornada, hasta que eso se convirtió en pláticas, comer juntas y ayudarse mutuamente.
Desgraciadamente nadie podía ayudarla con su problema, quiere contarlo pero sin dar detalles, necesita que alguien le diga que hacer.
-Tengo que ir al baño, por si alguien pregunta.
-Si colocaste tú nombre no deberías estar tan nerviosa. –Apenas ríe o finge hacerlo, mientras gira sobre su silla, caminado tratando de ser invisible.
Empuja la puerta del baño con un diminuto chillido, dentro todo permanece silencioso, no hay gotera o un ruido extraño en la ventilación; se adentra en uno de los cubículos, cerrando la tapa y sentándose encima, esos baños rechinan de limpio.
