Veinte.

402 43 24
                                    

Gabriel se esforzaba por adaptarse a esa nueva sensación, parpadeaba con frecuencia, como si intentara deshacerse de una pequeña molestia persistente, y ocasionalmente, sus dedos se deslizaron suavemente hacia sus ojos en un gesto inconsciente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Gabriel se esforzaba por adaptarse a esa nueva sensación, parpadeaba con frecuencia, como si intentara deshacerse de una pequeña molestia persistente, y ocasionalmente, sus dedos se deslizaron suavemente hacia sus ojos en un gesto inconsciente.

Al tacto, buscaba alivio, como si tratara de hacer que sus ojos se ajustaran a la presencia de los lentes de contacto. Su rostro demostraba lo incómodo que estaba con ellos. 

-Dañaras tus ojos si continuas haciendo eso. –Nathalie lo reprende como si fuera un infante. 

-No recuerdo cuando fue la última vez que use lentes de contacto. –Sus puños se aprietan intentando controlar el impuros de tocar sus ojos, la ligereza de los guantes evitan qué sus propias uñas lo lastimen. 

Él viste un elegante traje blanco, bastante apegado a su figura y forma, remplazando los molestos botones por una cremallera,  el cuello prácticamente abraza su garganta de lo estrecho qué es, sumando unos finos guantes qué cubren sus manos. 

La alfombra roja se extendía desde el exterior del lugar hasta donde él estaba parado, dándole la bienvenida a los invitados del baile. 

-No puedes usar tus lentes con el antifaz y según palabras tuyas esto debía ser perfecto. –Nathalie con su tableta en mano, marca cada uno de los invitados que van entrando. 

-Eso espero –Mantenía su mano extendida, como un gesto de bienvenida, saludaba a los invitados que llegaban con una sonrisa cuidadosamente compuesta–, Adrien tampoco ha llegado. 

-Dijo que haría lo posible por venir, aunque tenía demasiados pendientes, ya es todo un adulto ocupado. –La mujer le envió su invitación pero su asistencia era improbable. 

-Sé que tiene su propia vida, pero sigue siendo un Agreste. –Nathalie rueda los ojos. 

-Y por eso dijo que haría lo posible. 

Como el anfitrión del evento, es su deber saludar a los invitados con cordialidad y respeto, siendo una muestra de lo agradecido que esta por la presencia de cada uno. 

Gabriel ha estado parado ahí desde el comienzo de la recepción, Nathalie lo acompaña para confirmar la lista de invitados y aunque no lo menciona brindándole su apoyo al hombre, ella no estaría en el baile, las personas dentro no son de su agrado pero sabe lo importante que es para él. 

Este tipo de personas, ricas y adineradas tienden a ser extremadamente puntuales, saben que todo mundo habla de ellos y lo peor que podían decir de ellos es que son gente impuntual. Nadie ha pisado la alfombra roja en varios minutos, Nathalie ha tachado de su lista a casi todos los invitados, excepto uno. 

-Ella, ¿Tiende a ser impuntual? –Su tono es tan pausado, como si eligiera cuál cable cortar. 

-Bastante. –Gabriel no ha quitado los ojos de la entrada, miles de personas desfilaron y solo hay una que le importa. 

Tentación 	‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora