Siete.

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La noche es fresca y el viento sopla con ligereza, el cielo está despejando mostrando un manto estrellado frente a él, apoyado contra una chimenea para mantenerse fuera de vista, sus ojos se fijan intensamente en sus objetivos; aguardar a que Chat...

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La noche es fresca y el viento sopla con ligereza, el cielo está despejando mostrando un manto estrellado frente a él, apoyado contra una chimenea para mantenerse fuera de vista, sus ojos se fijan intensamente en sus objetivos; aguardar a que Chat Noir se fuera era sumamente aburrido.

Verlo alejarse es posiblemente uno de los momentos favoritos de su día.

Abandona su posición y se acerca sigilosamente hacia Ladybug, puede verla de pie justo al borde del tejado, mirando hacia el horizonte; el ruido de sus pies es suficiente para que la chica voltee expectante.

A punto de soltar un comentario sus palabras se atoran en su garganta al ver lo que él sabe es una férula adherida en la parte de su muñeca –Tenemos que hablar.

-¿Qué sucedió? –Él busca las palabras adecuadas.

-No puedo darte detalles –Murmura en voz baja–, tuve un pequeño accidente –Escucha atentamente–, es un pequeño esguince pero tardaré en recuperarme.

-¿Cómo te paso eso?

-Fue en el trabajo y entiendes que no puedo decir más –Sentencia–, a pesar de la transformación el dolor persiste y es difícil usar el yo-yo con esto.

-¿De que trabajas? ¿Atleta profesional? –La suave risa que brota de sus labios le hace olvidar momentáneamente el asunto.

-No puedo…

-Lo sé –Corta. Esta casándose de eso–, eso significa que no te vería, ¿Correcto?

-Mientras sano y… me recupero –Su tono tiembla. Lo atribuye al dolor–. Espero que el asunto de los akumas se mantenga igual.

-No debes preocuparte por ello. –Se mantiene sereno.

-Tres semanas –Responde–, en ese tiempo te veré aquí mismo de nuevo.

-Suena a una cita –Da un paso firma hacia ella–, ¿Me estas invitando Ladybug?

-No tienes tanta suerte –Ambos se burlan–, tómalo como un tiempo sin restricciones. –Sus cuerpos se acercaron aún más.

-¿Segura que fue solo tu muñeca la que salió lastimada? Porque eres tan… dócil. –Sus labios se encuentran en un beso apasionado y ferviente.

Sus bocas se mueven en una danza sincronizada, los suspiros se mezclaban en el aire, podían sentir el latido acelerado de sus corazones resonando en sus pechos mientras se entregaban al beso.

Las manos deslizándose suavemente por el contorno de su cuerpo acariciando con delicadeza y pasión; el tiempo parecía detenerse mientras se sumergían en el éxtasis del momento.

Saborear la dulzura de su boca, cada roce, cada caricia, perdiéndose en la pasión y deseo, explorando los rincones mas profundos de su ser a través de ese toque.

Finalmente con un último roce de labios, se apartan lentamente, sus frentes se apoyaron contra la otra, las respiraciones entrelazadas.

-Voy a extrañarte –Con la mirada fija en ella, comienza a retroceder–, promete que pensarás en mí.

Tentación 	‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora