Dieciocho.

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La primera noche que Marinette pasó lejos de Gabriel, debió profundizar en sus sentimientos, a quien de los dos hombres elegir, en vez de eso las palabras de Nicolas martilleaban su mente, como un zumbido que no la dejaba tranquila

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La primera noche que Marinette pasó lejos de Gabriel, debió profundizar en sus sentimientos, a quien de los dos hombres elegir, en vez de eso las palabras de Nicolas martilleaban su mente, como un zumbido que no la dejaba tranquila.

Nunca resolvió realmente el asunto de su colección con Gabriel, debido a todo el tormento que sucedió esa noche y la noche después, seguía molesta e inquieta. 

Había hecho algo sumamente horrible, Marinette pensó y creó esa colección con un propósito y un mensaje, uno que Gabriel se atrevió a distorsionar, simplemente para convertirlo en un producto. 

Él había perdido perdón pero eso no cambia lo que hizo y aunque le costará decirlo, Nicolas tenía razón. 

Esa mañana Marinette despertó con una determinación que asustaba, llegó al enorme rascacielos de la compañía Gabriel's, tomó el ascensor pero no se detuvo en su piso, sino eligió el último donde el dueño de la empresa trabaja. 

Las puertas del elevador se abrieron, los que trabajan alrededor apenas la miraron, camino con pasos sonoros por sus tacones altos y llegó hasta donde Nathalie trabajaba.

-Disculpe, vengo a ver al Sr. Agreste. –Alza la voz llamando la atención de la asistente. 

-Señorita Dupain-Cheng, que sorpresa –Nathalie teclea antes de mirarla–. No tiene cita para verlo. –Anteriormente Marinette habría aceptado y se hubiera marchado, pero su indiscutible determinación la obliga a quedarse. 

-Lo sé, pero es sumamente urgente. –Sentencia. 

Nathalie eleva la ceja confundida, observa a Marinette de pies a cabeza, como si tratara de leerla, averiguar que sucede o porque está ahí.

-Él está sumamente ocupado –Responde después de un momento–, procura ser breve. 

-Gracias. 

La puerta de la oficina se abre con un suave crujido, su mirada está fija en la figura imponente del hombre sentado detrás del escritorio, los pasos resonantes de sus tacones llenan el silencio tenso mientras se acerca a él.

-Marinette, no esperaba verte tan pronto. –Gabriel reacciona levantándose de un movimiento.

-Tengo que hablar contigo. Es muy urgente.

-Si, eh. Toma asiento, por favor. –Gabriel lo hace de golpe, la visita de Marinette lo ha dejado desarmado. 

Ella toma asiento con una elegancia que refleja su confianza recién adquirida; el crujir suave del cuero de la silla se mezcla con el palpitar de la tensión en el aire.

-Vengo a presentar mi renuncia. –Declara con una fuerza desconocida. 

-¿Renuncia? –La incredulidad destella en sus ojos–, ¿De qué estás hablando?

-No puedo seguir trabajando aquí, tu empresa es grandiosa pero te dedicas a un concepto de la moda que no es lo que busco. –Explica con tranquilidad. 

Tentación 	‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora