Veintitrés.

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Hawk Moth avanza con sigilo hacia Argos, sus pasos son calculados para evitar cualquier sonido que revele su posición

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Hawk Moth avanza con sigilo hacia Argos, sus pasos son calculados para evitar cualquier sonido que revele su posición. Felix se mantiene de espaldas, parece inmutable, pero sus sentidos alertas captan la presencia de su tío; dando un giro rápido y fluido, lo mostrando revelando una sonrisa.

Su avance se detiene momentáneamente al encontrarse con la mirada penetrante de su sobrino. 

-Tienes que parar ahora, es una completa locura lo que estás haciendo. –Gabriel aprieta con fuerza su bastón entre las manos. 

-¿Detener qué exactamente?

-Esto en una matanza, un completo genocidio, ¿Crees que esto de alguna manera arreglara todo? –Argos actúa como un adolescente a quien no le importa el regaño de sus padres. 

-No es mi intención arreglarlo, sino mejorarlo. 

-Estás loco Felix. 

-¿Qué derecho tienes tú? ¿No fuiste tú quien comenzó a atacar esta ciudad? ¿Quién se aprovechaba de estás personas? Tienes el descaro de señalarme cuando tú comenzaste todo esto. –Señala. 

-Nadie salio herido. 

-Oh, tienes razón –Su tono es sarcástico–. Ladybug arreglaba todo, los destrozos, los heridos… ¿Por eso crees que eres mejor que yo? 

-No, por eso se que no lograrás nada desquitandote de este modo. –Casi puedo verlo reír. 

-¿Desquitarme? –Interrumpe–, ¿Crees que soy tan simple, tío? Esto no es un desquite, es la realidad, mi realidad. 

-Sé perfectamente lo que estás pensando, pero te aseguro que hacer todo este desastre no te hará sentir mejor. –Felix sonríe, mostrando sus dientes. 

-Tú te rendiste, no se porque pero no somos iguales –Argos despliega su abanico–. Tus acciones no son mejores que las mías, hicimos cosas por razones que creiamos correctas, aunque no seré un perdedor como tú, voy a lograr mi objetivo y nadie me detendrá. 

-Será una pena que tu madre se entere la clase de cosa en la que te convertiste. –Hawk Moth extrae una espada de su bastón, deslizándola con osadía. 

La hoja emerge con un brillo plateado, su filo reluciendo con una peligrosa nitidez., él sostiene la espada con audacia, su mano envuelta con firmeza alrededor del mango. 

-Veo que finalmente decidiste tomarte esto con seriedad. –Responde manteniendo una mirada desafiante. 

-No me dejas otra alternativa, está demencia termina ahora. –Un destello de coraje cruza sus ojos, listo para enfrentar a Argos. 

El hombre avanza hacia el joven, la espada en sus manos reluciendo bajo la luz de la luna roja, manteniendo su mirada fija en su objetivo, Felix, de pie y seguro de sí mismo, aguarda la embestida con una calma calculada, su postura es firme, su expresión impasible, no hay temor en sus ojos, solo una confianza inquebrantable.

Tentación 	‖Gabrinette‖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora