XCII

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Pasaron algunos días, Óbito ya se había ido y se había despedido de Deidara, Hidan todos los días desde que se había ido Óbito llegaba a visitarla y a cuidarle a los niños cuando Deidara tenía que salir, aparte de Hidan, Kakuzu también se encargaba de los gastos que Deidara fuera hacer, Hidan había hecho que a Kakuzu se le quitará un poco lo avaricioso y tacaño al dinero.

Un día todo normal cuando Deidara salio a comprar algunas cosas, Hidan se había quedado con los niños cuando ellos le pidieron un favor.

Tamaki: Tío Hidan nos podías hacer un favor?

Hidan: *había dejado al bebé dormir en su cuna cuando volteo a ver a Tamaki* claro, dime qué favor quieres que haga?

Nanami; es que queremos que papi Madara venga a vernos, pero mami no nos deja ir a la guarida y no lo hemos visto desde hace tiempo

Hidan: *aún él no sabía lo que había pasado, nadie en la guarida lo sabía más que Óbito* claro, pero se lo diría cuando tenga la oportunidad de hablarlo, casi no lo vemos mucho y aveces anda de mal humor

Tamaki: por favor Tío Hidan queremos que el abuelo venga vernos

Nanami: por favor Tío queremos verlo

Hidan al ver tal insistencia de los pequeños claro que acepto, pero también lo iba a consultar a Deidara, se pusieron hacer otras cosas como la limpieza para que Deidara no tuviera mucho que hacer cuando ella volviera, unas horas después ella llegó  platico un poco con Hidan pero a él se le había olvidado contarle sobre la petición de los niños, después él se fue dejando a los niños y a Deidara.

En el camino a la guarida el recordó lo que los niños le habían pedido y claro que como buen Tío se los iba a conceder, Hidan no sabía que Madara había abusado de Deidara, pues ella nunca se lo contó nadie en la guarida lo sabía, así que de forma inocente Hidan iba hablar con Madara, y para la suerte de Deidara, Madara estaba afuera de la guarida cuando Hidan llegó, y parecía estar de buen humor, así que Hidan se acercó un poco a él para hablar sobre lo que los niños le habían pedido.

Hidan: Madara puedo hablar con usted sobre algo?

Madara: *volteo a ver al religioso y le asintió*

Hidan: bien, hoy estuve en casa de Deidara cuidando a los niños mientras ella hacia sus compras, y los niños me pidieron un favor, me pidieron que hablara con usted y le pidiera si puede ir a verlos por qué lo extrañan mucho, más la pequeña Nanami dice que quiere verlo

Madara; *se había quedado pensando en lo que él religioso le había dicho, era una decisión difícil de tomar pero por los niños iba hacerlo* entonces iré mañana, Deidara estará ahí verdad?

Hidan: si, mañana Deidara estará en casa con los niños, podrá hablar con ella también después de mucho tiempo

Madara solamente le asintió y el religioso se fue después de cumplir con su favor, el Uchiha mayor miro al cielo y empezó a recordar la hermosa sonrisa de aquella joven, la forma tan dulce en qué ella siempre los trataba, pero nunca habían sabido valorarla, ni él ni Óbito, nunca supieron corresponderle a su hermoso sentimiento de amor, por lo mismo no estaba tan seguro de ir a ver a los niños, ya que aquel día que le había hecho daño a Deidara se encontraba bajo los efectos de una droga que no lo hacía pensar bien, solo hacía que su lado oscuro saliera y mirara en aquel momento con lujuria a la joven.

Madara era cierto, se había enamorado de Deidara en el tiempo en que la había tenido viviendo con él, lo único que le molestaba era que ella estaba siendo controlada por Óbito, bueno eso pensaba ya que siempre que él quería regresaban y al poco tiempo volvía a lastimarla y dejarla, por eso mismo hizo que en ese momento sus sentimientos más oscuros salieron, para él en ese momento fue solo satisfacerse con ella, ya que según sus pensamientos le gustaba que la maltrataran, pero estaba muy equivocado.

Pero aquello no lo iba a entender Deidara, no iba a creerle que ese día no estaba en si, pero por ella iba tratar de explicarle lo que aquel día le pasaba, después de pensar lo que le iba a decir a Deidara pidió que Zetsu le consiguiera unos rosas, las más bellas que él encontrará para que le diera como regalo y nuestra de disculpa para Deidara, Zetsu claro que lo iba hacer.

Por otro lado Hidan estaba en su habitación, se había quitado su bata mientras Kakuzu que se encontraba en la cama acostado lo observaba, una leve risita se escapó de sus labios llamando la atención del religioso.

Hidan: *alzo la ceja y se quedó viendo al mayor* de que te ríes avaro pagano?

Kakuzu: de nada, de nada pequeño niño tonto *le dijo en tono burlón*

Hidan: *se subió a la cama y se acostó a lado de él poniendo su cabeza sobre su pecho* ay  viejo.... Tu crees que Deidara y Óbito hagan las pases y está ves si queden en buenos términos?....

Kakuzu: *suspiro y miro al techo* Hidan... Deidara y Óbito siempre han tenido una relación demasíado tóxica, en mi parecer creo que es mejor que Deidara no regrese con él, no estoy muy seguro de que ellos duren por más tiempo

Hidan: *suspiro con pesar* pero Deidara no quiere ver esa realidad, es obvio que no, pero uno nunca sabe.... Tal vez Óbito cambio *levantó su cabeza y volteo a ver al mayor"

Kakuzu: no lo sé Hidan, Óbito no cambia por más le hagan cosas lo castiguen, no cambia

Hidan: solo espero que a lo mejor Deidara se de cuenta y tome una decisión

Kakuzu: ese ya es problema de ellos, ahora es mejor que te enfoques en nosotros y en lo que vamos hacer en este momento~.... *Le menciono el un tono seductor para después tomar a su joven de la cintura y subirlo encima de él y poner sus enormes manos en las caderas del joven*

Hidan: *se puso demasíado rojo por lo que le había insinuado el mayor pero claro que en el fondo quería estar con él* que sucio eres Kakuzu~...

Hidan beso de forma apasionada al mayor mientras esté se encargaba de acariciar todo su hermoso pero masculino cuerpo, tenía mucho tiempo que quería hacer esto con Hidan, aunque para el menos solamente era como si estuvieran fajando (manoseando se no se cómo le llamen).

Pues nunca lo habían hecho, pero Kakuzu tenía la intención en esta vez complacer a su amado joven, ya que anteriormente no lo habían hecho por qué Kakuzu no estaba tan seguro, temía de que fuera a lastimar a su chico con su enorme garrote n3gr0, aunque eso no iba a pasar ya que el religioso era un joven masoquista amante del dolor.

Kakuzu fue despojando de sus prendas al menos para dejarlo solamente en ropa interior.

La bella y la bestia {TobiDei}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora