Entre los surcos del viento sigo buscando tu nombre, tu aroma, tu voz.
Celoso de ver como agita las hojas y la tierra pero se olvida de mi ropa y de mi pelo
Como si no existiera para el cielo, como si viviera en la parte de su boca que el soplo no roza
Y entendí, tras mucho tiempo de esperas, desesperación y silencio
Que soy parte de la corriente, que soy el mensaje que lleva tu nombre, tu aroma y tu voz
Y en este infinito a mi me entrego, agitando mi ropa, mi pelo y mi corazón.