Me devolví al lugar donde una vez perdí las alas, junto al rastro de plumas esparcidas por el suelo.
Ya no brillan, no son ni ecos de un pasado cercano dónde mi alma alzaba el vuelo.
Me encontré con un recuerdo simple, duro y llano que siempre se veía de la misma forma sin importar como lo moviera con las manos.
Un recuerdo infinito sin principio ni final, cuatro, seis u ocho paredes que giran sin parar.
Quizá esas alas nunca existieron, quizá nunca las perdí, quizá estas plumas son del ángel que vino a recogerme al morir.
Y no sé si esto es un recuerdo, un deseo o un mal sueño.
Pues no sé si quiero despertar o volver a ver las flores desde el cielo.
Porque si esto fuera parte de mi, ¿en qué momento decidí que era mejor idea quedarme en el suelo?
Quiero volver
Volver a tocar las estrellas
Y por mucho que estiro los brazos
Ya no las alcanzo.