Desde mi cama oigo el mar, aunque sé que no lo es,
Quizás son las lágrimas que nunca derramé acumuladas en mi pecho, formando mareas iracundas donde mi corazón se ahoga y se deja llevar por el miedo.
Deseo vomitar todas las comidas que pasaron por mi cuerpo, con un poco de suerte puede que expulse estos sentimientos.
Pero qué suerte me queda en este lugar, donde la misma nada me atrapa y me asfixia hasta volverme gris
Quiero que me deje aquí, solo con el silencio
Que se calle el mar, que se pare el tiempo
Que se paren mis latidos
Y que siga lloviendo.