A veces pienso en marcharme, en dejar este constructo de vísceras por las que las emociones pasan y queman y se enredan
Dejar mis ojos tirados en la cuneta para evitar volver a mirar hacia delante o hacia atrás, dejar de darle vueltas a la realidad hasta deformarla tanto que toma la apariencia de mis demonios internos
A veces quiero desaparecer, y que mi corazón encerrado caiga al suelo sin sonido alguno, que se agote y expire hasta que sus propias paredes sean el sustento de la hierba que rompe el suelo de mi habitación
A veces me canso del estoicismo, de sentir, de aparentar, de respirar
Y pienso que si no tuviera ni cuerpo ni alma, ni esencia ni presencia
Todo sería más fácil
Pero ya existo y no puedo dejar de hacerlo
Así que miro al cielo mientras sostengo mi corazón por miedo a que se caiga
Buscando un propósito, una canción
Para construir un espacio en calma