15 - Inesperado

60 10 5
                                    

El hilo de saliva se cortó con su lengua.

Ella lo miró agitada, pero consiguió sonreír.

Él llevaba tiempo sonriendo.

– Echaba de menos esto – confesó él.

– ¿Tenerme dentro de tí? – bromeó ella.

– Tenerte a tí.

– Lo sé, lo siento – apoyó su cabeza en su hombro.

– No tienes por qué. Todo esto nos supera, te supera.

– Llevas tanto tiempo haciendo esto, ¿por qué nunca me lo has contado?

– Porque no quería preocuparte. Te amo, y por eso no quiero verte triste, ni preocupada. Quiero verte por cómo eres, con esa sonrisa tan amable y brillante, con ese corazón tan puro y tan alegre.

– Somos pareja, no me gusta que nos guardemos secretos que involucren al otro. Pero está bien, te perdono.

– Makino, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, ¿lo sabías?

Ella sonrió – Y tú en la mía. Detrás de mi hermana claro, ella estaba antes.

Él se rió – Entendido. También la quiero mucho.

– Gracias por todo Shanks. De verdad. Te amo.

– Y yo amor. ¿Otra ronda?

– ¡GANÉ! – ambos se sobresaltaron al escuchar el grito.

Se vistieron rápidamente y salieron de su escondite encontrando a Sabo sentado en el sofá grande riéndose mientras Tn hacía un baile egipcio de victoria.

– Lo sé, soy lo mejor. Ua, ua, uuuuuh.

– ¿Qué le ha pasado al tercer ua?

– No te sabes la canción porque eres un perdedor Monkey D. Sabo.

– Lo admito.

– ¿Otra vez jugando a la play a escondidas?

– ¡Ah! – ella corrió al lado de Sabo por el susto.

– Shanks, Makino, no os habíamos visto – Sabo intentaba no reírse.

– ¡No te rías! ¿Y qué hacíais vosotros dos en ese cuarto?

– Tn, ¿qué se hace en un cuarto secreto? – Sabo la miró burlón.

Tn le pegó en el hombro, Shanks se rió mientras Makino se sonrojaba.

– ¿Qué tal si me enseñas mi mansión? Quiero conocer más cuartos secretos así.

– ¿Para qué?

– Para cuando tenga que jugar al escondite.

– Lo dices como si alguna vez fueras a jugar al escondite.

– Todo es decírselo a Luffy, y ¡flash! Magia. Así que vamos, dejemos a estos pobres enamorados consumar su amor.

– Espérame fuera, tengo que hablar con mi hermana.

– Vale.

– ¿Yo también? – Makino asintió, y Shanks salió afuera.

Cuando las hermanas se quedaron solas, Tn se acercó.

– ¿Se lo has dicho ya?

– Aún no. No encuentro el momento.

– Empieza dejando el sexo de lado. Podrías hacerte daño.

– ¿Ya preocupada?

– Vivo preocupada, es mi estilo de vida.

– Morirás antes de tiempo entonces.

Calor en invierno - Contratiempo 2 (Sabo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora