10 - Primer día.

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Quedaba una semana y dos días para la boda, y de repente, faltaba lo más importante.

Decoraciones en las sillas, en los centros de mesa, vajilla, flores, incluso algún mantel.

El hombre intentaba calmarla, pero eso no serviría para traer de vuelta todo.

– ¿Qué ha pasado?

– Dadán, lo siento mucho, esto no debería haber pasado.

La pelirroja la tomó en brazos para levantarla.

– Podremos solucionarlo.

– ¿Solucionarlo? No podemos. Debo encargar muchas cosas, y eso... tarda bastante en venir. Es por eso que en cuanto me concedísteis este trabajo, me esforcé mucho por hacerlo perfecto. Y mira esto. No queda nada.

– Creo que te has pasado, la has hecho llorar – susurró Ace a medida que se acercaba con Sabo a la escena.

– Era necesario.

– ¿Qué ha ocurrido? – Luffy tomó su mano para apoyarla.

– Las cosas de suma importancia ya no están. Nos han robado.

– Pero, podemos pedir más y denunciar el caso, ¿verdad?

– Tardarán en llegar, y en este pueblo la policía no le hace caso ni a Shanks, aunque yo tampoco lo hago, pero él es importante en este pueblo.

– Cambia la temática. Trae cosas que puedas traer lo antes posible – sugirió Sabo.

– Eso es mucho trabajo, aunque... ¡tienes razón! No necesitamos algo old money, necesitamos algo casero. Algo Far West, o Old West. ¡Eso mismo! ¿Por qué no lo habría pensado antes? ¡Antoine! La boda será en el jardín.

– Hace frío señorita.

– La cena no Antoine, pero sí la entrada a la mansión, el picoteo.

– Está bien.

– Y ahora que estoy aquí, os ayudaré más seguido. Bien, mesas pequeñas y altas quedarían bien, o barriles altos como mesas. ¿Cómo lo veis?

Los cuatro sonrieron.

– Todo saldrá bien Tn, no te preocupes.

– ¡Yo también ayudaré!

– No hace falta Luffy, gracias, si lo necesito, te llamaré.

– Está bien.

– Bien, si todo está en orden, volveré al trabajo.

Ace se despidió y volvió a su despacho.

Sabo dio un paso hacia ella cuando Dadán y Luffy también se fueron.

– Siento lo de la boda, estaré a tu disposición para lo que haga falta, como para todo lo de la mansión, aunque tú te la conozcas mejor que yo.

– Gracias Sabo.

– Y... ¿qué tal con lo de Kurohigue?

– Esta mañana he hablado con tu abuelo y con Pops sobre ello. Aún no aprueban que esté dentro como apoyo, pero soy útil. Aún tengo que hablar con Law sobre ello claro, y será difícil.

– Oh, Law, sí, es verdad – dio un paso hacia atrás. – ¿Irá contigo a la boda? Por ser tu novio, ya sabes.

– No. La boda es algo más íntimo, y Garp y Dadán no lo conocen personalmente. Claro que Law lo entiende, es todo un hombre maduro.

– Seguro que sí. Bueno, subiré a trabajar yo también, si me permites.

Ella se quedó mirando como el rubio subía las escaleras con una sonrisa triste.

Calor en invierno - Contratiempo 2 (Sabo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora