Ye Mi es un asesino despiadado cargando todo el tiempo el peso de sus acciones, después de irse a Hong Kong para iniciar una nueva vida, nuevamente los incidentes regresan, arrastrándolo de vuelta, pero esta vez no tiene en cuenta que el destino le...
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Cap. +18
-Yo siempre estaré a tu lado no importa lo que pase, seré tus manos, tu fuerza, tu apoyo- le dijo cerca de su oído con cierta calidez, lo cual causo que dentro de su corazón Xiao se sintiera feliz, aunque su cabeza dijera que no se lo merecía, aun así, una pequeña sonrisa melancólica se dibujó en sus labios, pasando ambos brazos sobre el cuello del pelinegro para comenzar a besarlo.
–Está será la última vez...- el beso era pausado pero apasionado, Ye Mi aprovechó, tomando de las piernas al capitán para levantarlo, pegándolo a su cintura, mientras lo seguía besando, caminando a tientas a la pequeña cama de la habitación.
Una vez ahí, el pelinegro se apartó, su mirada era intensa y hambrienta al igual que la de Xiao quien, miraba desde la cama como el menor se aflojaba la corbata y se desabotonaba la camisa, acercándose lentamente para besarlo de nuevo; aprovechando el momento para utilizar la corbata y amarrar sus manos sobre su cabeza, el nudo no era lo suficientemente fuerte para lastimarlo, pero aun así se sorprendió, forcejeando para desatarse. Una sonrisa de lado y llena de satisfacción se dibujó en los labios del espía, mientras Xiao lo miraba incrédulo, ocasionando que un escalofrió recorriera toda su espalda. -Eres totalmente mío- el sonido de su voz seductora, dejo sin palabras al capitán, liberando un sonrojo que llegó hasta sus orejas.
El espía metió la mano debajo de su suéter azul, acariciado su estómago y cadera, intensificando aún más el sonrojo en las mejillas del mayor, cada parte de su cuerpo que era tocada por esas grandes manos, ardía mientras una corriente eléctrica recorría todo su cuerpo. Xiao quería recordar cada momento, cada expresión y sensación que le ocasionaban sus besos y caricias, y el vuelco que le hacía a su corazón, al estar cerca de esa persona. Ye Mi comenzó a besar sus labios, bajando hasta el lunar debajo de su boca y entretenerse ahí un rato, bajando hasta su mandíbula y cuello, dejando pequeñas marcas rojas por donde pasaba.
-Desátame...- su voz sonó en un tonó de súplica fingido pero el pelinegro parecía no escuchar, únicamente subió el suéter hasta donde permitía el nudo en sus manos, acariciando su pecho, pellizcando uno de sus pezones, mientras el otro era succionado con su boca los cuales ya estaban erectos por las sensaciones brindadas, su semblante era como el de un cazador mirando a su deliciosa presa, desabotonando los pantalones de Xiao y haciendo lo mismo con los suyos.
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