Cap 7

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La rubia de labios pequeños y gruesos, tremendos ojos, cabellos tan brillante como el oro y rasgos tan finos y pequeños que parecía tener menos edad de la que en realidad tenía. 

Su estilizado cuerpo enfundado en un pantalón  color negro y una blusa que apretaba sus senos le conferían un aspecto de mujer fatal de inmediato. 

—Yuqi —dijo Taehyung—. Creí que llegarías por la tarde, hace dos días, pero bueno, lo importante es que estás aquí. 

La joven se acercó hasta él con una sonrisa y le dio un abrazo enorme que Kim devolvió tan efusivo como siempre.

—Me da tanto gusto verte —dijo Taehyung—. Estás bellísima.

La China miró a cada uno de ellos con una sonrisa y comenzó a repartir besos y abrazos a sus primos.

Cuando se detuvo frente al hombre que ahora lucía en la treintena y que parecía haber sido favorecido por el tiempo solo sonrió con suficiencia y le miró de arriba a abajo como si fuera cualquier cosa. 

Jackson observó a la joven frente a sí, esa misma que antes le había hecho la vida  imposible y que ahora aparecía de vuelta con ese aire prepotente que siempre le indignó pero que tuvo que admitir le sentaba de maravilla.

Song Yuqi había sido una jovencita de cuerpo esmirriado y demasiado flaca en el pasado, pequeña y tan conflictiva que él prefería pasar de ella. 

En el fondo siempre creyó que Yuqi no lo soportaba por sus orígenes y por ser un huérfano que el entonces rey trató como un hijo más. No sabía a ciencia cierta pero lo que tenía claro era que la mujer seguía siendo despreciable, lo había sido siempre y ahora parecía serlo doblemente. La altivez que poseía la hacía insoportable a sus ojos, aunque ahora su belleza la hacía asquerosamente insoportable. 

Le dio una sonrisa cínica que ella devolvió con un gesto de desagrado antes de girarse a sus primos. 

Ninguno de los cuatro se perdió la reacción de Jackson ni la de ella, sabiendo por supuesto los encontronazos que se daban. Los cuatro esperaban toda clase de insultos pero al menos parecía que ambos habían madurado y solo habían optado por firmar la paz en silencio. 

—Preciosos, ya sé que son como el agua y el aceite pero quiero decirles que tengo hambre y deseo comer con tranquilidad —dijo Jimin—. Jackson como buen aceite, solo resbala y tú, preciosa, hermosa damita, como el agua que eres, solo escurre y no causes estragos. 

—No somos como agua y aceite —dijo Jackson—, más bien, somos como el mar y el cielo. Uno está muy por encima del otro. 

—Es claro quién es el cielo y quién es mar —dijo Yuqi—. Nunca olvides tu lugar. 

El Chino sonrió con ese gesto cretino antes de verla de arriba a abajo. 

—Es claro que sigues siendo la misma hueca de antes —dijo sonriente—. Ridícula. Me largo, iré a comer donde se respire aire puro y un hedor a cochinada. 

Los cuatro hombres suspiraron sabiendo que no llevaban ni una hora y ya querían matarse. 

Ella iba a replicar pero el escándalo afuera los silenció. 

Jackson avanzó a la puerta para ver qué era aquello junto a un Yoongi que le siguió mientras la puerta se abría de golpe por una mujer que al ver a Jackson y a Yoongi se detuvo y desenfundó dos armas  y los apuntó moviéndose de inmediato para cubrir sus flancos.  

Jackson sacó su arma de inmediato y apuntó a ella moviéndose para cubrir a 

Jackson. 

—¡Ji-yoon! —dijo Yuqi acercándose a ella—. ¡Baja las armas, mujer!

LA MUÑECA DEL REY ( Taelice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora