LA MUÑECA DEL REY ( Taelice)

Cap 3

Taehyung continuó quitándose la ropa e ignorando a la mujer que estaba en su cama. 

Se puso una pijama, se tiró a un lado de ella y se cubrió sin hacerle caso. 

—Te estoy hablando —dijo la mujer incorporándose—. ¡Con un carajo! ¡Te estoy hablando!

—¿Qué quieres que te diga? —dijo tratando de no perder la paciencia—. No empieces, Jennie. Sabías que estaría con mis hermanos, que estaría ocupado y que no tengo tiempo para estar atendiendo tus estupideces y reproches. 

Se acostó de nuevo y le dio la espalda de nuevo a la mujer con la que llevaba casado más de 5 años. 

—¡Seguro estabas revolcándote con alguna de las tantas mujerzuelas que tienes! —dijo pero al ver que Taehyung no estaba dispuesto a seguir la pelea se puso de pie molesta y se levantó de la cama no sin antes lanzarle una almohada a su esposo que se incorporó molesto de lo que pasaba. 

—¡Qué demonios te pasa, maldita loca! —gritó poniéndose de pie—. Estoy harto de ti, maldita la hora en que me deje convencer de casarme contigo. 

Se puso de pie y tomó su celular antes de pasar a su lado pero fue detenido por ella. 

—¡Cómo te atreves! —gritó presa de la furia—. Te guste o no, soy y seré tu esposa hasta el último de tus días. No olvides que eres rey gracias a que estás casado conmigo. 

—Y tú no olvides que eres reina solo de nombre porque quién manda aquí soy y seré yo hasta el último de mis días —dijo visiblemente molesto—. No se te olvide tu lugar aquí. 

—No voy a permitir que me faltes al respeto —dijo ella encarando a Taehyung que solo sonrió de medio lado e intentó pasar a su lado—. No voy a permitir nada que interfiera en mi recorrido por la vida.

—Si te refieres al heredero, te recuerdo que aún no tenemos uno y tu posición como reina tambalea —dijo visiblemente molesto y sabiendo que la hería dónde más le dolía—. Me casé contigo esperando que al menos un hijo pudieras darme, pero no has podido ni hacer eso. 

—Te recuerdo que tú posición como rey también pende de un hilo si no hay heredero —respondió Jennie tratando de devolver el golpe. 

—No olvides que yo jamás pierdo y que mis hermanos están en la sucesión —dijo sin más haciéndola a un lado y pasando para no escucharla más sus reproches. 

En el pasillo escuchó sus ya conocidos gritos y maldiciones; sus insultos y no fue menos oír todos los cristales rompiéndose, seguramente destrozando la habitación como cada vez que sus arranques de histeria la sometían. 

Abrió una de las habitaciones y se adentró dejando caer su cuerpo sobre la cama mientras resoplaba frustrado. 

Se había casado años atrás con una mujer de la que no estaba enamorado por complacer a su padre, porque necesitaba una esposa para asumir la corona en el lecho de muerte de su papá y cuando sus hermanos no eran una opción por ser tan jóvenes. En aquel momento le pareció viable, al menos la chica le había gustado, era linda y parecía que podían llevarse bien. Ahora estaba convencido de que treinta días de noviazgo no dejaban conocer a un persona y de que casarse había sido el peor de su errores. 

Jennie era por mucho una mujer odiosa, lo supo apenas puso un pie en palacio, donde todo mundo se sintió inferior, tan diferente al trato de la anterior reina. Se mostró soberbia con todos, incluso con él y peor aún comenzó a querer controlar la vida de Taehyung, cada minuto de su andar bajo el argumento de que él era joven y ella mayor por lo tanto mucho más madura.

La asfixia llegó con los años, pero el primer desencuentro fue solo porque una semana después de casarse supo que estaba embarazada, lo que suponía un problema al saber que el padre evidentemente no era él, tras ello vino la desconfianza y más aún cuando conoció sus diversos amoríos. Al correr el tiempo llegó la apenas tolerancia entre ambos, sobre todo cuando no solo no pudieron concebir sino cuando se dio cuenta de que quizás el problema fuera él.