Izan:
Caminamos hasta que encontramos un banco y nos sentamos.
Ninguno de los dos habló mientras caminamos.
Luego de unos segundos sentados Rebeca habla.
—Supongo que ya debes sospechar de que se trata el tema del que te quiero hablar —asiento, ella empieza a mover sus dedos, un gesto que solo hace cuando está nerviosa.
—Sí, lo sospecho —admití, ella suspiró.
—Te contare todo desde el principio, es lo mejor —hizo una pausa— Luego de que yo me fui a Brasil estuve con mi madre hasta que ella murió, semanas después de su muerte empecé a sentirme mal, mareos, náuseas, y mi periodo no llegaba, y pensé en la posibilidad de que estuviera embarazada, compre una prueba de embarazo y salió negativa, entonces fui a un doctor y me hice exámenes, la noticia de que estaba embarazada fue inesperada, demasiado y no sabia que hacer.
Los ojos de Rebeca se empezaron a llenar de lágrimas.
—Estaba aterrada, claro que había la opción de abortar, pero no lo iba a hacer, no podía, meses después nació Ada, mi hija. —ella levanto la cara y me miró— nuestra hija, yo... pensé en decírtelo, pero temía que tú reacción no fuera buena y nunca te lo conté.
Rebeca hizo una pausa y sus lágrimas ya recorrían sus mejillas.
Sin pensarlo acerque una de mis manos a su cara y limpie sus lágrimas con mi pulgar.
—Debió ser difícil para ti —fue lo primero que dije.
—¿No estas enojado? —preguntó.
—¿Por qué lo estaría? Cuidaste a nuestra hija sola, la educaste perfectamente, estuviste con ella todos estos años, y le diste todo lo que podías ofrecer, no tengo ninguna razón para estar enojado.
—Pero nunca te lo dije.
—Tuviste tus razones, tú no sabias cómo reaccionaría a la noticia de que tenia una hija, y siendo sincero, yo tampoco sé como hubiera reaccionado hace cinco años, pero ahora que sé esto te pido que me dejes estar en la vida de Ada, estar en cada paso que dé, ser su padre.
—Lo estarás, no puedo seguir negándote ese derecho —esbozó una media sonrisa—, creo que es la primera vez que lloro frente a ti.
Sonreí.
—Sí, lo es.
—Me siento un poco mejor después de haberte dicho la verdad, ahora solo falta decírselo a Ada.
—¿Ya sabes cómo se lo dirás?
—No, aún no, pero tengo que decirle, no puedo seguir mintiendo.
Mi mano se posó sobre la suya y le di un apretón.
—Seguramente encontrarás la mejor forma de decírselo, eres una gran madre Be, nunca dudes de eso.
—No sé si Ada dirá lo mismo dentro de unos años.
—Yo estoy seguro de que sí —ella me sonrió.
—Creo que debo volver a casa, y tú supongo que también.
—Sí, Katia y mi mamá están esperandome.
—¿Desde cuándo sospechabas que Ada era tu hija? —nos levantamos para volver a la pizzería.
—Desde siempre.
—¿Katia y Zuri lo sabían?
—Sí, espero que no te importe.
—Claro que no, además ellas también tienen derecho de saber que tienen una sobrina y una nieta.
—Estaran muy felices, tenlo por seguro.
—Lo sé.
Llegamos al auto y durante el camino Rebeca me preguntó si quería escuchar algo sobre los primeros años de Ada y dije que sí, entonces pasamos todo el camino hablando sobre Ada.
La dejé en su casa y luego volví a casa de mi madre.
Cuando entré en la cocina estaban ahí mi madre, Katia y Hadley.
—¡Llegaste! —exclamó Katia.
—Buenas noches, eh, Hadley, pensé que Lucas vendría contigo —dije al verla mirando su celular.
—Quería contarle la noticia a su hermana y a Rebeca hoy mismo así que no vino.
—¿A Rebeca? —pregunté.
—Sí, pensé que ya lo sabías, Lucas es el hermano de Ana y ellos son hijos del padrastro de Rebeca.
—Espera, ¿estás diciendo que el mismo Lucas que llevó a Ada a una montaña rusa es uno de mis amigos y además que el sabia que Ada era mi hija y nunca me lo dijo?
—Entonces, Ada sí es tu hija —dijo mi madre.
—¿Lucas y tú lo sabían? —preguntó Katia a Hadley.
—Eh, que yo me entere hace unas horas, Lucas es quien siempre lo supo, y esa es otra razón por la que no vino, dice que no quiere que lo maten.
—Bueno, eso da igual, lo importante es que ya sabemos la verdad, Ada es hija de Izan, tengo una nieta —dijo mi madre.
—Y yo una sobrina —exclamó Katia.
—Hablando sobre noticias, ¿ya saben sobre la nueva noticia de Hadley? —Hadley me fulminó con la mirada.
—¿Cuál, la que volvió con Lucas?, eso era de esperarse, siempre sucede.
—¡Oye! No sucede siempre —le reclamó a Katia—, pero no, esa no es la noticia.
—¿Entonces cual es?
—Estoy embarazada.
Silencio absoluto.
—Creó que no escuche muy bien —mi madre se toma el vaso con agua que tenia al frente.
—Sí, yo también creo que no escuche bien —habla Katia.
—Ambas escucharon perfectamente —Hadley mira su celular.
Luego de que mi madre y Katia asimilaron la noticia se pusieron a conversar con ella sobre lo que podrían empezar a hacer, comprar ropa, juguetes y no se que más...
No presté atención y luego de un rato me fui a mi habitación.
Hoy ha sido uno de los mejores días de mi vida, pero también uno de los más agotadores.
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Seremos felices ✔
RomanceRebeca Walsh, es diseñadora de joyas y vuelve a su país natal después de pasar casi cinco años en Brasil. Izan Roberts, es dueño de una empresa de joyas, y un hombre que dijo que no quería una familia y menos hijos. Izan y Rebeca se vuelven a encont...